Acordes de realidad acompasados por la fantasía. De un tango a una balada, acá paseamos por lo posible y lo improbable...
30 jun 2009
Bruja
ve con cuidado yo disparo siempre al corazón.
En tus redes no me atraparás como a un ratón, bruja
aunque vengas disfrazada de Marilyn Monroe.
Piénsatelo bien antes de poner tu pie en mi balcón
no sea que tu escoba me barra la alcoba y me haga de bastón
¿Qué van a decir todos los que a ti Bruja te llaman?
si saben que besas, lloras, te enamoras y me haces la cama.
No había debajo del disfraz que te ponías tú
más que una niña a la espera de algún principe azul
ibas para reina pero un hechicero te dejo así
convertida en una pobre bruja del montón.
Bruja. Joaquin Sabina
Sepan servir estas humildes líneas como homenaje póstumo para el arco de unos lentes que se enredaron en una cuerda de guitarra que acabó destrozada mientras el dueño de ambos objetos se moría de la risa con un post mío... durante un intento por sacar de oídas la música de esta canción.
Además, está bueno que se vayan conociendo una de las muchas canciones del sensible, desmañado, feroz, honesto e improvisado del Sabina. Un socarrón de miel...
29 jun 2009
Dia del Orgullo Gay/Gay Parade
Hicimos sondeo de calle
Encontramos representantes de las ONG de derechos gays
Una fotógrafa quedó en cedernos las fotos màs lindas que pudièramos soñar jamàs de todos los aspectos de la marcha.
Estamos escribiendo a cuatro manos un articulito que entre hoy y mañana estará por acá...
Lo prometo... estamos trabajando para servirle mejor!
Besos a todo@s!!
28 jun 2009
Susana
Así que, como es de esperarse, va dedicado a mi gente comprometida con la causa:
A Chuchito y Daniel, mis primeros "hermanitos gay".
A E, C y J que nunca se creerían, si llegan a leerlas, que de mi mano saldrían estas líneas.
A M y P, porque sé que se van a asustar si lo leen. Todo está bien, no se preocupen, sigo igualita...
A Potter, porque fue por él que me enteré de este homenaje bloguero.
El alegre baile de las gotas de agua chocando contra las paredes y el piso de la ducha me hicieron entrar al baño. Una vez dentro, por razones estéticas y de distribución de la estancia, era imposible no contemplar la ducha con su puerta de vidrio que derrochaba luz, arte e impudicia gracias a un caprichoso esmerilado de trazos abstractos muy fluidos y elegantes. Detrás de esa puerta, jugando a trasluz con su jabón, la espuma, el agua y el ritual higiénico que compartimos la mayoría de los mortales, estaba ella, Susana.
En ese preciso instante en que entré al baño, se encontraba ella enjuagándose el cabello. Una cascada blanca, de espuma y perfume, se deslizaba irregularmente por su anatomía. Me quedé observando, distraidamente, el espectáculo que todo ello ofrecía a mis sentidos: separada por el meandro de su cuello y sus hombros, la cascada de espuma se dividía en dos corriente. Una invadía su espalda fibrosa y se deslizaba velozmente cuesta abajo hasta sus nalgas turgentes y breves. La otra era una madeja de espuma que se deshacía contra ese par de piedras que eran sus senos erizados, y se reunían a la altura de su ombligo menudo en aquel terso, casi sedoso, vientre de ella.
Ambas vertientes de la cascada se juntaban en sus caderas y, de allí en más, corrían juntas, jocosas, cuesta abajo por esos muslos, pantorrillas tobillos y pies que la naturaleza había sabido moldearle bien. El recorrido, como era esperable, iba a parar al albañal. Y hasta que no llegaron allí, mis ojos no habían dejado a mi mente reaccionar.
Contemplar ese espectáculo tan gravitacional, tan físico, tan simple, me había hecho sentir una petrificación corporal. Y, he de admitirlo, a fuerza de puro mirar, en ese momento, algo en mí había cambiado. Sentí un súbito estremecimiento y una oleada de calor cubrió mis orejas. Allí, por fortuna, comenzó un diálogo desde sus salpicones de agua y mi petrificación inexperimentada.
-¿Eres tú? Preguntó ella
-Sí. Vine a ver si tenías toalla.
No hubo respuesta de su parte. Terminaba de enjuagarse el cabello y, supuse yo, no me habría oido. Yo, aún como tronco de árbol, contemplaba cómo el agua fluía con furia por sus pechos preciosos, erizados, redondos, rematados por unos pezones juguetones y provocadores. Una de sus piernas mantenía su peso en equilibrio mientras la otra daba un paso hacia atrás para ayudarla a salir del vórtice de espuma de todos mis temblores.
-Disculpa, no te escuché, dijo ella.
-Eh... te decía que vine a ver si tenías toalla.
Tampoco hubo respuesta. Algo de jabón en las orejas le habría quedado y, a fuerza de enjuagarlas no oía nada.
-Ah! Sí! Ya me di cuenta de que saliste antes de allá! Jajajajaja..
Ella reía a carcajadas y yo la contemplaba, estatuescamente, con espasmos y preguntas varios. En este caso, quien no había emitido respuesta, fui yo.
-No te oí nada, estaba lavándome las orejas... ¿Qué tal tu día? Preguntó mientras se enjabonaba la espalda.
-Todo bien, cancelaron la reunión de ventas al final de la tarde y por eso estoy aquí antes. ¿Qué tal te fue a tí?
-Bien, ahí, me encontré con el imbécil de Carlos... él iba entrando y yo saliendo del cafetín y se le salió del culo saludarme.
Carlos. Su ex. Hacía cosa de un año y centavos que habían terminado y, aunque fue él quien decidió dejarlo todo, fue él también quien había empezado una persecución implacable para recuperarla tan pronto supo que ella tenía alguna mirada para un cliente. Ella, sabiamente, se rehusaba a volver con Carlos argumentando que si él había decidido irse era por alguna buena razón. Y que si no la había tenido entonces, era una buena razón para que ella se alejara de él y su vena lunática.
-¿Y qué te dijo? Pregunté
-Nada, sólo me saludó, pero me descompuso el rato. Llegué a casa pensando en darme un baño caliente y largo.
- Así largas todo el mal rato con la espumita, por el albañal; agregué.
- ¡Aja! Eso mismo. Además que así me mimo.
Ma, me, mi, mo, mu. Mi mamá me mima. ¡Quien fuera ese jabón, ese chorro de agua, para mimar esa suave piel oliva que recorría la fibrosa anatomía de la niña Susana!
De inmediato di un respingón hacia atrás: ¿cómo había podido pensado eso? ¡Era casi inconcebible! Luego, lo consideré más sobriamente. Aunque nos unían años de amistad, veladas de llanto y risas a granel, nunca antes la había mirado con un rastro de otra cosa que no fuera fraternidad. Era la hermana que yo nunca tuve, sólo eso. Así que esta recién descubierta lujuria que me hacía pensar así, me incomodaba.
Mientras, ella seguía con su jabón en la mano, empapando mi interior. Los tirones en mi vientre, los calambres en mis piernas, la tensión en mi pecho, hicieron que una de mis manos se diera a la tarea de calmar tanta imaginación casi pecaminosa. Me recosté contra la pared frente al lavamanos. Ella continuó con su diálogo interrumpido.
-Porque hay que mimarse, ¿sabes? Si una no lo empieza, ¿quién lo continúa?
-¡ Yo! Dije casi en un gemido
-¿Ah? ¿Tú? ¿De qué hablas?
-¿Qué fue lo que dijiste? Crei que estabas preguntando algo; le dije a las prisas, tratando de enmendar mi locura gutural.
-No, que si una no se mima, ¿quién lo hará?
-Ah! Sí, es verdad, totalmente de acuerdo contigo. No, yo te entendí otra cosa.
-¿Qué cosa entendiste? ¿Me puedes pasar una toalla? Menos mal que estás aquí...
-Y, no sé, una loquera seguro.
Me lavé las manos, me las sequé y cogí una toalla para dársela por encima de la puerta de la ducha. Ella, distraida, no había visto el gesto y abrió la ducha antes de darse de narices con la toalla. En lo que la hoja de la puerta de la ducha se comenzó a deslizar apra abrirse, yo había vuelto mi rostro hacia atrás. Ella rió de buen grado
-¡Tonta! ¡Si todas las mujeres tenemos lo mismo!
-Sí, pero a mí me da vergüenza verte. Respondí.
-¡Bobita! ¡Cualquiera cree que eres una niñita penosa! Jajajajajaja... Si hasta el mismo Ramón me dijo el otro día que a él le parecía que había una fierecilla que vivía en tí, que no podías seguir moviendo la cola así por la vida y creer que no te iban a decir cosas en la calle.
-¿En serio te dijo eso? ¡Qué pasado que es! Hombres... no se les puede pedir más... ¡Y sí, soy penosa a veces!
Ella había comenzado a secarse allí, a mis espaldas, mientras conversaba conmigo. Al final, dejó la toalla en el colgador y, saliendo del baño, me dijo
-Tienes razón, todas somos penosas a veces.
Y me dejó envuelta con su desnudez.
27 jun 2009
Confesiones de una mujer "hedo-barista"
No sé, no sé si sea buena idea decir todo lo que voy a decir... No sé si sea prudente. Pero bueno, a veces cometemos locuras, ¿no? Esta es una d eesas, que yo califico "locuras menores".
Es que estaba anoche, luego de un día intenso de reestructuración y organización de mi casa, Shiraz en mano, con moras y fresas en un cacharrito, los pies en alto, las cutículas remojadas en crema, mi gato en la panza, pensando en lo bueno que me caería un masajito...
... en aquel masajito que alguien alguna vez me prometió. Y claro, nunca cumplió. Un hedonista de mierda que, como yo, se gozaba todo lo que le daba gusto más de una vez por día si podía. O todo junto, si era posible.
Y me fui pensando y pensando en que, como dice el sabio desconocido que es mi padre "yo habré tenido malos ratos, pero no malos gustos"... Y no hay nada, en materia de flirteos y amoríos, que me descoloque, me obnubile, me emocione tanto como la cómplice juguetona compañía de un hedonista o sibarita. O un poco de ambos. Es fatal.
¿Que cómo se les reconoce? Tomen nota, mis lectoras. Corríjanme si me equivoco, mis lectores.
Vestir: ajustado a lo más "bajo perfil" posible, usan telas finas, cortes buenos, piezas que les hacen lucir bien. Marca o no. Los que no usan marcas son aún más interesantes porque son, de paso, quisquillosos con los asuntos que tienen que ver con tersura o rugosidad de TODO lo que les rodea. Pero, eso sí, no andan con los puños cerrados y los cuellos apretados: con una se zafan las corbatas de fina seda y se desabrochan un botón el cuello, se arremangan las mangas de la camisa y montan un cafecito en la estufa mientras le ofrecen a una desde agua hasta vino pasando por limonada. Siempre he dicho que es el termómetro de llos para con una...
Comida: lo que les provoque o le provoque a una, pero bien hecho, bien servido y bien puesto en la mesa. El sitio donde comen cuenta (ornato y pulcritud), la cantidad de gente en el sitio cuenta (menos es más) y la bebida con la que acompañan la comida cuenta. Un par de veces me han consentido dejándome escoger que tomar y, en ambas, dicho por ellos, iba perfecto el maridaje. Que no fue poca la escuela que tuve ni la confianza que me han dado...
Vicios: Alguno tienen. O fuman, o beben o ambos. Y todo tiene nombre y apellido. Son tragos, son cigarros, son tabacos, son pipas... y son con estados emocionales especiales, son con ocasiones específicas. Lo más fino que llegué a ver fue un tercio que fumaba un cierto habano, de una cierta marca y un cierto número (algo aprendí con él, que no se diga que no se aprende de cigarros...) y comía chocolates en el interin. Pero chocolates finos, de los praliné, que justo le había llevado ese día por una cortesía para la merienda de amarettis con café y whisky que solía servir para nuestras tardes de tertulia en su casa. Brutal la mezcla. En mí, en el efecto que tuvo en mí. Me recordó a "Il Padrino", esa mezcla de fuerza innegable, de masculinidad total... tan asumida, que un chocolatico sólo podía ser tomado desde un "en el fondo, el viejo es un afecto a los dulcitos"...
Detalles: desde el llavero hasta el carro, niñas, fíjense bien, colores, marcas selectas, pragmáticos pero completos. Según el estilo de vida de cada uno, así serán las marcas y los colores (sobrios o no). Siempre habrá alguna. El más sentimental dirá "ah! No, es que... es el llavero que me regaló alguien que mucho me quiso...". Se infiere que ellos también la quisieron, pero no lo confesarán fácilmente, no con ustedes en los alrededores. No se ve bien, niñas, no se ve bien... además que se le apretuja a una la curiosidad con el corazón y dice "qué lindo... es un romántico..."
Y siendo franca conmigo misma, el efecto que los hedonistas-sibaritas tienen en mí se sublima si, de paso, el tipo es culto, lee, tiene material para recomendar, coincidimos en tomos, descosemos algún libro o construimos loas para otro...
Mal, me gustan mal. Me desquician. Me ponen, como dicen en Argentina.
Y, pregunto, ¿qué tengo que siempre tengo alguno cerca?
Las ovejas buscan su pareja, dicen...
En fin, me voy a desayunar para ir a trabajar. Esta tarde, si logro encontrarlo libre, me sentaré a hablar con el único sibarita-hedonista que tengo por amigo. ¡Por decisión mutua! Que si no, hubiera podido ser otro lío de pantalones en mi vida... de esos que pasan y no se quedan.
Porque ese es el bemol de estos chicos, muchachas: ninguno se queda...
Hm! Me acordé de la canción de Francis Cabrel, Le Noceur:
"... Lui, c'est un noceur, un noceur, un noceur
Un dandy, un rouleur ...."
"... el es un ligero, un ligero, un ligero
un dandy, un timador..."
Lo siento, niño O... se me parece taaaanto a ti....
26 jun 2009
Recuerdos...
Las guerras y las épocas de paz siempre nos dejan recuerdos.
A veces los recuerdos nos dejan recordatorios...
... que no son más que trasticos menudos que atesoramos con particular aprecio.
¡Y válgame el cielo! ¡Qué estorbosos que pueden llegar a ser si uno no les pone coto!
Las cartas las pongo en una cajita. Una sola. Los paqueticos de cartas que no quepan allí, los compacto, comprimo y organizo.
Las fotos tienen album. Y leyendas. Y los tickets, florcitas aplastadas y memorias de viajes están colados al album respectivo.
La ropa que me trae malos recuerdos va a las donaciones. La que me queda sin recuerdos, la sigo usando y todo bien.
Pero, ¿Qué ha de hacerse cuando atesoramos chiches tridimensionales, pequeños, minúsculos o grandes? ¿Cómo se organiza ese desastre?
Ajá, aquí me ayudan ustedes. Y necesito su ayuda porque yo no me doy abasto ¡y se me murió la creatividad!
Todo consejito, tip, recomendación, astucia y argucia me vale... ¡La espero con ansias!
Gracias de antemano a su paciente lectura y sincero deseo de ayuda.
Atentamente,
La Gerencia.
Mientras todo se seca
Eso me permite reconsiderar mi agenda de cosas por hacer en casa:
- Pintar el mueble de pared a pared debajo de la ventana de mi cuarto.
- Mover el gavetero del cuarto para la sala y convertirlo en el nuevo centro de computación.
- Desarmar el centro de computación presente... y ¿venderlo?
- Reconsiderar la posición y uso que le daban a un mueble en casa de mi mamá, para mi cuarto.
- Terminar de pintar una mesita que compré de segunda mano a una amiga que se fue del país.
- Estudiar qué hacer con la pintura restante (muy poca) y el biombo de segunda mano que tengo en el cuarto.
- Ya pinté el mueble del cuarto. Tengo 3 semanas en el boludeo infinito y por fin me puse fecha límite y lo hice. No sirvo sino con plazos. O me los creo o me los invento... ya me voy conociendo.
- Pinté el gavetero y planeo moverlo hoy ya que, además, pienso limpiar la casa.
- El centro de computación es un fastidio desarmarlo, pero creo que podré hacerlo... y si lo convirtiera en mi centro de pintura? Hm... otra opción.
- El mueble en casa de mi mamá pasó a mis manos anteayer y ayer mismo estaba cubierto de pintura, la primera capa. Ahorita vamos por la segunda y he ido barnizando a medida que pinto.
- La mesita la terminé de pintar anoche y esta mañana empecé a barnizarla.
- El biombo... veremos. Por los momentos no esperaba lograr nada concreto con él.
El gavetero me permitirá almacenar muchas pequeñas cosas que andan huérfanas de posición ahora mismo. Me quitará espacio para algunas grandes pero me dará espacio para las que aglutinan el desorden visual.
El centro de computación como mesa de trabajo no hay cómo ubicarlo en mi casa. Necesito muebles multifuncionales... está en "stand-by" por los momentos.
El biombo, definitivamente, no será hoy que lo resuelva.
El mueble nuevo para la tele y mis batuburrillos del cuarto, estará listo en un periquete. Fórmica pintada, personalizada... ¡qué fregada que es la niña! Mi mamá hace años hubiera querido pintarlo, mi papá le dijo que la fórmica no agarraba pintura y, por el contrario, yo descubro (en mi inocencia o ignorancia supina) que si la barnizo luego de pintarla, queda fenómeno. Veremos si resiste los avatares de la vida que pueda darle mi manía de limpiona, mis ires y venires y las demostraciones de afecto de mi gato. Ya les contaré...
En mi sala tengo un mueble-cajonero a todo lo ancho de lo que alguna vez fue un balcón: sirve como sofá y es espacio de almacenamiento super cómodo... y en caso de borrachera, alberga cómodamente a algún amigo. Tengo una pared de cielo a tierra llena de estantes en una biblioteca aérea muy caprichosa y generosa... 4 metros de ancho por 3 de alto de libros (y sí, me los he leído, no lo dude nadie...). Hay una mesa-comedor para 4 personas en el medio de la sala. La nevera comparte espacio con lo que ya he dicho que hay en mi sala y mi próximo proyecto es personalizarla: ¿alguien sabe qué tipo de papel puede usarse para recubrirla (es de metal pintado en blanco) y poder pintarle encima lo que a mí me parezca mejor? Incluso pintarla del color de la pared, para "desaparecerla" de la visual... Es una idea que me ataca la cabeza hace tiempo. Y personalizarla, a mi estilo, es asunto serio, serísimo.... ya les pondré muestras, luego, de mis banquetas del mesón de la cocina.
Y mientras todo se seca, mientras las ideas de mi cabeza se sedimentan y la lógica consigue un canal por dónde fluir, yo sigo imaginando qué hacer en el resto de mi casa, cómo organizar más eficazmente mi cocinita... mi baño... mi cuarto...
Que la lógica fluya, que las manos relajen a la mente, que el trabajo manual me "salve" como decía mi médico, de lo peor de mis neurosis. Mis agobios, depresiones, tristezas, corazones rotos y despechos tienen salidas altamente creativas, innovadoras a veces, comerciales no pocas de ellas...
... Y son coloridas, como la vida misma. Una danza de azules con escarlatas que salpican verdes y amarillos y a su vez son rociados con una ola de morados y naranjas, como para recordarme que la vida es un poquito de esto y de aquello; de lo menos probable, de lo más increible, de lo más rutinario y lo previsible con lo más azaroso e inconcebible.
Que la lógica salga a pasear. Que las ideas en mi cabeza se organicen. Yo voy a mudar el gavetero cuando el mueble para el cuarto esté listo. Allí montaré una TV que no tiene uso desde hace más de 6 meses y organizaré mis batiburrillos personales. En la mesita pondré mi centro de lectura y mis varitas de incienso. Y ya veré la semana que viene qué hago con la zapatera, el closet, la percha, las carteras, las corbatas y los collares mientras pienso en cómo colgar las tazas de café que me acaba de regalar mi mamá y organizo una estantería en la cocina que me haga más fácil y útil la vida en ese cálido sitio de toda casa.
Hoy voy a prender las 4 hornillas de la creatividad. Acepto sugerencias. Oigo consejos. Escucho opiniones. De todo: de la decoración, de la organización eficaz en el mínimo espacio posible, de cómo sacarles vias alternas a la lógica para que pueda fluir más fácilmente... de la vida en sí.
Que tenga un rico fin de semana!
Ese señor que vive conmigo
Y me imagino que me incomoda porque coincidimos en tamaños de ego, supongo yo. Horrible declaración para alguien que dice seguir el camino del tao. En fin, por lo menos trato...
Además, me impresiona su agilidad. Es impresionante lo que logra con su tamaño y peso. No, ni es flaquito ni es bodoque, pero es rellenito... y no es nada pequeño, es una cosa monstruosamente grande de 60 cms de largo sin contarle la cola.
24 jun 2009
Telenovelas de blog...
-Un "bloggero querido" metio a un "socio de blog" en su blog personal y ahora me río a cuatro manos por allá... y postean a cada rato! O hacen comentarios de los comentarios! O se llenan de comentarios lso comentarios que les hago en el chatbox... Es feroz! No, no dan tregua! A eso llamo yo "subir el ranking de popularidad"...
-Hace unos tres días, otra "bloggera estrafalaria" (como la suscrita), decidió "casar"/"juntar en matrimonio"/"hasta que la muerte (¿?) los separe" a su blog con el de otro de sus lectores fieles.
-Hace cosa de tres días (¿también tres días? Hm... ¿qué pasó hace tres días en mi vida?) quedé con otro bloggero, un "bloggero harto bacán", en mandarnos un mensajito ayer por el celular para ver si nos tomamos un café. No, pues, y me va a tocar mandarle mensaje a él para hacerlo recordar su promesa, vea. ¿Y con lo rico que tiene ese acento? ¡Ni loca me pierdo el café con él! No, pues, qué pecado...
Por ello:
-Hube de pedir excusas por llegar tarde al "condumio matrimonial"... Ni fiesta hubo pero estuve ausente ¿Puedo alegarlo al huso horario (Por no declararme mentalmente fatigada y por eso olvidadiza...)?
-Habré de leerme al Foolish Boy y al Mr D. sin fallar uno porque sino no entiendo al otro...
-Veré cómo hago con la agenda social, pero he de hacer un huequito, con cualquier excusa, cualquier día, para verme cara a cara con mi mago de las risas fáciles y las relamidas auditivas por su acento caleño...
Así las cosas, he llegado a una sola conclusión:
Sigo siendo chica soltera, independiente y medio zafadita/loca/estrafalaria. Eso pinta más manejable, como "miniserie"(no telenovela) tipo Seinfield, ¿no?
Escucho atenta todas las opiniones que tengan a bien dejarme...
Este blog se va de farra...
En este blog:
-El equipo técnico (Alias: Lulu)
-La gente de publicidad (Conocida como Lulu)
-Los panitas del equipo de creativos (A cargo de esta loquita... Lulu)
-Los editores (Ejem, sí, bueno, otra vez, si no fuera por Lulu...)
-La plantilla de redactores (Deditos de Lulu)
-Los muchachos de "fuentes y noticias" (Los ojos y el cerebro de Lulu)
-Los loquitos de "eventos y sociedad" (Responsabilidad de la pinta y garbo de la pana Lulu) y
-La redactora y editora en jefe (Ejem... repetitivo, no?),
hemos decidido que nos vamos de farra. (Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii)
¿Pa' dónde? Pues para la Plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes, en Caracas
¿Cuándo? Pues este jueves 25, el viernes 26 y el sábado 27 entre 6 de la tarde y 11 de la noche (no creo que lleguemos hasta tan tarde... no los tres días, por lo menos. Veremos en función de cómo esté la movida, los planes alternos y la gente linda por allá).
¿Para hacer qué? Tomar vino, catar nuevas cepas, visitar casas conocidas, ver gente, oir cuentos, tomar notas, coger apuntes, babearnos mal con lo que la ticketera no nos permita comprar, rememorar viajes ricos y turistear a través de una copa de vino.
Y es que, otra vez, EL VINO TOMA CARACAS!!
Así que, ya saben: Si se ven a una flaca, alta como una bailarina de ballet, con zarcillos grandes y un turbante en la cabeza (por no decir que con alguna pinta Bohème-Bourgeoise) o con boina a falta de turbante, apunten hacia allá. Sobre todo si ríe a carcajadas con una copa de vino en la mano...
... probablemente, sea yo.
Besos y a disfrutar de los regalos que nos dieron Bacco, la naturaleza y el ocio humano (que se ha dado a la tarea de refinarlo)!!
23 jun 2009
J'm'attendais pas (con traducción)
(...)J'm'attendais pas à toi
j'm'attendais pas à ça
j'm'attendais pas à moi
dans c'rôle là
Je courrais sans lanterne
Vers une aube qui s'enfuit
aux endroits où l'on s'aiment
il ne fait jamais nuit
J'm'attendais pas à toi
j'm'attendais pas à moi
dans c'rôle là.(...)
J'm'attendais pas. Patrick Bruel
J'm'attendais pas à tes mains
ni à tes yeux qui en silence me regardaient
ni à tes bras de chaude tendresse
ni à tes cries de folle passion
ni à tes volutes de fumé sucré et féminine
ni à ton corps de rigueur essentiel
ni à ta force démesuré et précise
ni à tes lèvres de silence souriant
ni à tes silences, tout puissants
J'm'attendais pas à mes soupirs
ni à mes refuses primaires
ni à mes excès de honnêteté
ni à me voir transporté entre des nuages de persuasion
ni à me cacher, vexée, d'être si nue sous ton regard
ni à me trouver transformée dans une petite fille curieuse
ni à me sentir une belle aimante
ni à mes prétensions de ne pas t'aimer
ni à ma complicité sincère avec toi.
Je ne m'attendais ni à toi ni à moi.
Mais, surtout, je ne m'attendais pas à moi avec toi encore une fois...
Mi traducción:
(A E... Gracias por haber aparecido en mi vida. Gracias por todo... Cimer)
(...)No estaba preparado para tí
no estaba preparado para eso
no estaba preparado para mí
en ese rol
Corría sin linterna
hacia un alba que se desvanecía
hacia los sitios donde nos amamos
nunca cae la noche.
No estaba preparado para tí
No estaba preparado para mí
En ese rol.(...)
J'm'attendais pas. Patrick Bruel
No estaba preparada para tus manos
ni para tus ojos que en silencio me miraban
ni para tus brazos de cálida ternura
ni para tus gritos de loca pasión
ni para tus volutas de humo azucarado y femenino
ni para tu cuerpo de rigor esencial
ni para tu fuerza desmesurada y precisa
ni para tus labios de silencio sonriente
ni para tus silencios, todo poderosos.
No estaba preparada para mis suspiros
ni para mis rechazos primeros
ni para mis excesos de honestidad
ni para verme transportada en nubes de persuasión
ni para esconderme, avergonzada, por estar tan desnuda frente a tu mirada
ni para verme transformada en una niña curiosa
ni para sentirme una bella amante
ni para mis pretensiones de no amarte
ni para mi complicidad sincera contigo.
No estaba preparada ni para tí ni para mí.
Pero, sobre todo, no estaba preparada para mí contigo una vez más....
22 jun 2009
Carta a mis cartas
Qué alegría recibir respuesta a mi misiva! Tanta espera ha valido la desidia de mi nostalgia!
Entreténgase, distánciese, admire a otras chicas lindas, pero nunca abandone la mirada sincera de mi lectura atenta y el cariño que le prodigan mis letras sinceras.
Tómese su tiempo, comparta su espacio, acérquese al espejo y mírese detenidamente: haga todo como mejor crea para no morir en el intento ni dejar morir ningún proyecto.
Siga siendo usted, siga siendo único... y siga leyéndome. Le juro que sé que lo hace aunque no me lo diga. Aunque yo no lo lea...
Y antes de concluir estas palabras: deje de pensar en los casos que no funcionaron. Deje de recordar su pasado. Si algo falló, déjelo. Si algo no funcionó, decida que fue mejor así para usted. Y siga caminando, encontrando nuevas oportunidades, nuevas ocasiones, nuevos senderos...
Yo seguiré aquí, fiel a su correspondencia. Leyéndolo cuando tenga a bien escribirme. Escribiéndole, aún sin saber cuándo haya de responderme. Alimentando mi nostalgia con esperanza y saltando de alegría cuando tenga la dicha de volver a leerle en mis letras.
Un beso. Que esté bien...
L.
(A Mr.D por sacarme una sonrisa de picardía ante la ocurrente idea de dar continuidad a la serie de cartitas del siglo pasado.)
Sueños de miel y tiento
mis ojos en tus labios.
¡Qué delicia saberme tuya
y tenerte en mis manos!
A horcajadas en tu cintura
con tus manos en mi espalda.
¡Cómo se calla la luna
y se apagan tus miradas!
Me recorres con tus manos,
me tanteas con tu pecho.
Me envueles en un abrazo,
me sofocas con un beso.
Angustias de piel y tiento.
Angustias de anhelo y sueño.
Angustias, deseos, anhelos.
Angustias de miel y sueños.
Anoche soñé con tus manos, me ví en tu mirada, te acaricié con ternura esa cara de tristeza apasionada, me dijiste que me amabas...
... y supe que podía ser cualquier cosa en tu cama, en tus sábanas, en tu mirada. Menos la mujer que amabas.
Anoche soñé que con cuidado me desnudabas, con deleite me observabas y con gula me besabas.
Anoche, sin querer, me viví contigo todas estas angustias de sueño, tiento y miel.
Que tengas un buen día, mi amante secreto... Y una feliz noche, llena de tiernos insomnios y dulces sueños.
21 jun 2009
Suspiro de nostalgia
Vuelve el cartero a pasar, vuelve el día a amanecer, vuelvo a mi computador revisar, y de usted, por ningún medio, consigo señal...
El entusiasmo se alimenta de constancia y el abandono nutre a la nostalgia. A cuatro días de mi último envío, he de confesar que la nostalgia es, además, un comensal voraz. Y ha empezado a consumir hasta mi dignidad.
Es así como imploro que hoy, por la razón que sea, a vuestros ojos lleguen estas pequeñas líneas que le hagan recordar lo mucho que me alegra, me llena y me nutre recibir correspondencia de vuestra mercé.
Porque el extrañarle es necesario para que el amor tenga la obligación de crecer y cubrir las distancias y los tiempos que nos separan... pero es la presencia la que aviva todos los fuegos vitales y da aliento a los vientos que impulsan todas las ideas hermosas que me hago de usted.
Sinceramente suya,
L.
A Potter, por darme hoy la inspiración necesaria para retomar esta serie de cartitas de amor del siglo pasado.
19 jun 2009
Perlas de sudor que corren por tu sien...
que orlan tu candor, que guardan tu avidez.
Esas perlas de sudor que salpican tu piel,
que surgen sin control,
que corren sin pudor
son las lágrimas que la pasión vierte en tu piel,
con las que bañas tu pasión
y pintas mi desnudez.
Así solemos hablar del sudor en términos poéticos. Sí, el poemita es mío, me lo acabo de sacar de la chistera mental en 5 minutos, entre un sorbito de té y el primer despacho del trabajo de la mañana. No me estoy haciendo la importante ni nada... sólo puse un ejemplito de lo que, me pareció, es lo más plausible en el mundo literario cuando se nos habla de "sudor". Si les gusta el poemita, claro, me lo pueden decir.
El caso es que, el poema salió justo después de encontrarme por ahí un articulito que medio analiza los hallazgos de un estudio suizo sobre el olor corporal de hombres y mujeres. Según los suizos, los hombres huelen a queso (los hombres, no sólo sus pies) y las mujeres a cebollas o uva.
Y me quedé de una pieza al leer el estudio. ¡Claro! Porque yo siempre he tenido una especie de fetiche con el olor corporal de mis parejas en la cama cuando todo perfume que levaran puesto se borra. Sí, justo instantes después de que todas las perlas de sudor caen, se mezclan y se evaporan...
Inocencia pura, digámoslo así, eran cosas de la naturaleza que yo no entendía... hasta ahora, gracias a los científicos suizos. Y pensar que decir que soy fanática de los quesos, ahora, puede hacer que más de un avispado por ahí, que también halla leido el artículo, pueda llegar a pensar que tengo predisposición a la ninfomanía...
... que piensen lo que quieran. Siguen gustándome mucho los quesos. Y los referentes aromáticos en los seres que por mi cama han pasado.
Creo que es asunto de otra índole en el caso de ellos que, al decir que les gustan las cebollas caramelizadas no sé si hagan creer al mismo listillo que leyó el artículo, que son amantes que disfrutan del olor corporal de sus parejas, surcadas por hilos de pasión y salpicadas por gotas de satisfacción.
¿Habrá que estudiar ahora si las mujeres que más disfrutan de los quesos son mejores amantes y los hombres que mas disfrutan de los vinos y las cebollas los mejores amantes? Y si a alguien se le diera por estudiarlo... ¿cómo mediría aquello de "buen amante" o "buena amante"?
No sé, no sé. Me dieron ganas de ir a buscarme unas rebanadas de queso munster y sentarme a ver cómo establecerán esos valores y qué prueba usarán para determinarlo. Por lo menos divertido nos va a resultar por un rato... ;)
16 jun 2009
Delirando
sin lamentos que sujetar
recuérdame de no voltear
no quiero arrepentirme o petrificar
estoy llegando donde nunca fui
delirando (aaaah!)
despiértame para llegar
donde no hay referencia de sociedad
no juzgaré ni dictaré las leyes
que en mi mente destrozaré
todos los días predican así (te lo digo yo)
estoy llegando donde nunca fui
delirando de locura y sensatez
estoy robando el tiempo que perdí
delirando de locura y sensatez
de locura y sensatez
Delirando. La ley
Estoy llegando al borde de mi misma.
Estoy redescubriendo mi inmensidad.
Estoy saltando al abismo de lo que no conozco de mí...
y no tengo lamentos que arrastrar.
Los paroxismos de "el que dirán", perdóname, me los voy a saltar.
Avísame cuando te alcance, y recuérdame nada lamentar.
No me quiero congelar en este abismo...
Prefiero inventar un camino entre la sensatez y la locura.
Quiero ir más allá de lo previsto, analizado y entendido.
Procuraré no autojuzgarme, por adelantado, a lo que vaya a hacer.
Es una línea frágil, muy frágil, la que estoy cruzando: la que divide mi locura de mi cordura.
Estoy cansada de las genuflexiones en nombre de valores errados.
Estoy tratando de recuperar lo perdido, de arrancar con cosas nuevas...
desde donde nunca estuve.
Siento que esto me llevará a algún lado.
No me sirve lo aprendido.
No me sirve lo conocido.
Estoy creándome nuevos caminos, a medio camino entre la locura y la cordura.
15 jun 2009
Margot, la eterna Margot...
la manera de sentarte, de mirar, de estar parada
o ese cuerpo acostumbrado a las pilchas de percal.
Ese cuerpo que hoy te marca los compases tentadores
del canyengue de algún tango en los brazos de algún gil,
mientras triunfa tu silueta y tu traje de colores,
entre el humo de los puros y el champán de Armenonville."
Margot. Carlos Gardel con guitarra de José Ricardo
Noche de tangos. Mal, de gozárselo mal. Hoy fue tema de risas por cualquier bobada: había material para reir hasta llorar! Sí, desde el pisotón que le clave a Osvaldo porque no me marcó a tiempo y me puse a hacer ochos adelante, (lo siento, boludo...) hasta la piba del pantaloncito azul "untado" en las piernas (juro que tampoco sé cómo algunas mujeres se ponen los pantalones tan pretados que se ponen).
Y ha sonado este tango. Nunca lo había oido, la tipa que lo cantaba no me gustó. Y cuando me dijo Osvaldo que era de Gardel, y el nombre, me largué a buscarlo. No tengo ninguno tipo de objetividad con Gardel, ya lo sé... y sé que hay más que sólo el Gardel. Pero puedo dármela de sibarita o de terca o de pelotuda en este asunto, ¿verdad? Bueno, permítaseme ser lo que mejor juzgue usted que yo pueda ser en esta materia.
Oir la letra y yo empezar una diatriba sobre lo ambigüa de la moral del tanguero. Se rodeaba de prostitutas y las criticas. El tango deriva de la milonga, género popular en los prostíbulos de la época. Nace el tango como un baile que practicaban exclusivamente los hombres como un "contrapunteo" ingenioso que pretendía seducir a las mujeres. Luego se empezó a aligerar de distancias, se agregaron rizos y contoneos peculiares y se bailaba con las mujeres que se prestaban para semejante desfachatez de moralidad: las prostitutas primeramente. Pero las critica ardua, dura y despiadadamente el tanguero que las encuentra cara a cara en sus barrios humildes de arrabal. Única concesión: antes de largarles su reproche moralista, reconoce que las condiciones de vida precarias de la mujer hacían de ella un blanco fácil para hombres adinerados y codiciosos de sus encantos femeninos descollantes. Osvaldo, claro, me oía con cierta seriedad... y luego algo de burla.
O: A vos no se te escapa el trasfondo de nada, cierto?
L: Siempre se me escapa algo... esto porque me toca el fondo femenino. Nadie está en capacidad de criticarle la opción laboral a nadie. No todas las prostitutas lo son porque no les quedó más remedio, ni todas las que no tenían más opción se quedaron a prostitutas. Siempre ha sido una actividad lucrativa a rabiar y quien no lo ejerció bajo el argumento de que "eso no es camino para una mujer decente como yo" no tiene derecho a criticar a la valiente que dijo "pues, por este camino iré yo" porque, al fin y al cabo, muchas violaciones nos hemos evitado las "mujeres decentes" gracias a los generosos, nunca bien pagados y hasta mal retribuidos favores de estas, agraciadas o no, damas de la sociedad.
Se me quedó viendo, asintió, sorbió vino, se quedó viendo a la pista. Tomé mi vino, eché un ojo a la pista, oí el escandalazo de risas detrás de nosotros... y salió a preguntarme serio, serísimo el pibe Osvaldo:
O: Jodido lo que acabas de decir... las mujeres tienden a ser más crueles con las mujeres. Son las que empuñan el insulto "puta" con más facilidad que los hombres...
L: Sí, lo sé. Pero no todas las que insultan se dedican a insultar por medio de las profesiones...
O: Ya. Es cierto, probablemente. (pensativo y ausente, mirando su copa de vino. )
L: .... (Sorbiendo un traguito de vino y pensando en que ese viejito, con ese bastón colgando de la muñeca que tenía apoyada en la cintura de su pareja, amenazaba con partirle las piernas a la dama o matar a alguien en la pista si el bastón era violentamente volado con algún rizo que hicieran en la pista ellos dos)
O: Y vos... si hubieras de vértelas en la obligación de escoger entre una u otra profesión, si no tuvieras profesión, si tuvieras que seguir el camino de obrera decente o prostituta... cuál escogerías?
L: Y no sé...
O: (Casi se ahoga con el vino, le tuve que golpear con la mano en la espalda... Cuando se recuperó, me veía con los ojos desorbitados y tosió las dos veces que intentó hablar)
L: Bueno, es que le he dicho a mi papá, más de una vez, que todo el que trabaja por un salario, para cobrar algo a final del mes o de la quincena, es una puta. Ejerces un trabajo en el que te vendes al mejor postor... no sueles quedarte en el trabajo peor pagado a menos que en el mejor pagado te hayan hecho pasar las verdes y las maduras. Una puta no se quedará con el cliente que más le pega aunque le pague más porque, con la cara amoratada, terminará sintiéndose peor... ¿No?
O: (Sorprendido, abismado...en shock) Jajajaja... qué jodida manera de ver las cosas que tenés!! Según tu teoría, entonces soy una puta también?
L: Y no me lo tomes a mal... yo también lo soy! Lo que pasa es que no comercio con mi cuerpo. No sé que barrera habrá que romper para hacer eso. En mi opinión es la pura ignorancia de cuán fácil o cuán difícil lo único que me impide hacer una evaluación absoluta de la profesión más vieja de la humanidad... y tú y yo como profesionales. Las admiro porque no sé si yo sería capaz.
O: (Meneando la cabeza, divertido...) Jajajajajajaja... sos peor de lo que pensé, no se te escapa nada y si se te escapa es porque ya lo tienes estudiado de antemano y meditado desde siempre... ¿qué se necesita para sorprenderte?
L: Jajajajajajajaja... (pero nerviosa mal... ¡¿a dónde va el pibe con esa pregunta?!) Es fácil, no sé pero siempre me sorprendo! Jajajajaja...
O: Jajajajajaja... me emputece* verte reir así...
L: Ja... ja... ¡¡¡¿¿Qué??!!!
O: Jajajajajajaja... tenés razón, te sorprendes fácil!! RE-facil.
L: Jejem... ejem... je... jum...
O: Vení, que si no nos movemos me sacarás otra teoría loca de la letra de la canción que está por empezar...
L: Sí, andá, culpame a mí de ser tu profe de vida e inmigración...
O: Jajajajaja... es verdad! Sos mi profe!
L: O tú mi profe... ya no sé... yo creo que es mútuo...
O: Ah! Tan linda, bombón...
*(emputecer = calentar)
Tan linda yo... y de paso bombón. ¿No se le ocurrió algo más sexista para calificarme? Yo no sé qué pensar del pibe y sus jugarretas, pero mal me las estoy viendo por mi inocente sinceridad espontánea...
Pero tú tranquila, Margot, puta o no, sos eterna, iconoclástica y siempre connotada.
14 jun 2009
Vivir en un carro
Era fácil, simplemente era cuestión de preveer las cosas un poco: salía de mi casa 2 horas antes de la hora pautada para entrar al trabajo simplemente porque el tráfico en la autopista era infernal. Y sabía que el regreso para mi casa me tomaría 2 horas de viaje. ¿Qué se hace en 4 horas de un día? Nada que implicara agua, jabón ni las dos manos al mismo tiempo en la misma cosa, pero ciertamente habían muchas opciones. Y poco a poco fui analizando los recursos con los que contaba y las cosas que podía hacer.
Esa fue la época en la que leía la prensa sin soltar el volante. Dos líneas, acelerador, cambio a primera y freno. Tres o cuatro líneas, cambio a primera, acelerador y freno. Y así todo el tiempo. Luego me dí cuenta que era un tanto arriesgado y que bien podía enterarme de lo que decía la prensa por los resúmenes de la radio. Así que ese tiempo precioso lo invertí de otra forma: arreglar la agenda y llamar a los clientes mientras en la radio sonaban las noticias....
Luego me dí cuenta de que esperar hasta llegar a la oficina, era innecesario: podía desayunar en mi carro. Llevaba mi vianda de comida y mientras organizaba la agenda, aceleraba y engullía un bocado de mi sandwich, podía seguir el reporte, en tiempo real, del tráfico. TErminado el desayuno, antes de que fueran las 9 am, ya empezaba a llamar a mis clientes. Mi eficiencia para llamarlos tan temprano los sorprendía. Mis negocios aumentaron porque me sentían altamente responsable.
En la tarde, al regresar a casa, solía esperarme a llegar a la casa para poder cenar, pero luego me dí cuenta que también era innecesario. Además, esperar con hambre en una tranca de automóviles que no aceleran porque les toques más o menos la corneta, no era mi ideal de terminar una jornada en paz y con calma. Así que empecé a preparar una vianda para la cena y comía mi cena en el carro, oyendo los noticieros del día... o mi música preferida cuando todo se me hacía muy agobiante. A veces empezaba a adelantar el trabajo de organizar la agenda del día siguiente, para desayunar con más calma, empezar el día con más energía, más alegría, más entusiasta.
El asunto de almorzar seguía siendo álgido. Algunos clientes querían almorzar conmigo y no siempre se puede disponer de una vía libre para llegar a tiempo a un almuerzo 5 kms más allá. Tampoco se puede manejar una bicicleta porque ningún carro te da paso, en el mejor de los casos. Esta ciudad se volvió hostil con los ciclistas hace muchos años. Los peatones se están volviendo hostiles con los carros... o indiferentes. Pero un ciclista no puede hacer lo mismo. Yo les doy paso, los corneteo para darles aliento y apoyo: me parecen guerreros modernos. No tengo valor para imitarles y, de paso, con mi físico, llegar en mallas de ciclismo, puede parecer poco serio por malinterpretaciones del tipo "me querrá seducir"? Así que, para evitar la presión de los clientes que querían almorzar conmigo y yo no podía satisfacer, opté por utilizar argumentos de mi recién adoptado estilo de vida "slow down life": si me desayuno con calma, si ceno con calma, si bailo en las colas, ¿por qué no puedo almorzar con calma? ¿Y por qué tengo que merendar sola? ¡Mejor le cambio al cliente el almuerzo por una merienda!
Y así hice. En cuestión de días me encontraba con clientes sonrientes, diciendo que mi estilo de vida me había sentado bien, que se me veía saludable y sonriente, que les contara el secreto... y que qué bien les hacía volver a merendar así, con el sentido de hacer algo práctico pero de una manera relajada, no con prisas en la oficina, en ese mismo espacio gris.
Empecé por darles tips de mi recién hallada felicidad. Luego me pedían que les manejara sus agendas para enseñarles cómo organizar sus vidas de manera que siempre tuvieran un huequito para ellos, para encontrarse con sus "yo" perdidos en el tiempo y el espacio de años de oficina. Los puse a pasear por parques, a ir a clases de tae-bo, a terapias holísticas, a masajes sacro-craneales, a drenajes linfáticos. Pronto me vi inmersa en clases de cocina para asesorar a mis clientes sobre la manera de preparar una vianda que no se les revolviera, desordenara ni terminara vertiéndolo todo por todas partes...
Luego me dí cuenta de que nuestros negocios seguían siendo agenda de la cotidianidad, pero en la reunión con X cliente me llamaba Y cliente para preguntarme si cambiar su reunión de las 10am por las de las 3 pm no le resultaría más beneficiosa para enfrentar el día con menos fatiga porque lo estresaba más el cliente de las 3 que el de las 10 am...
Así, las opciones de seguir con mis propuestas con el cliente X se veían súbitamente interrumpidas por mi frenética búsqueda de la agenda del cliente Y, para poder verificar el cambio que me planteaba y anotar el dato en mi borrador de su agenda. Eso sucedía en casi todas las reuniones y un cliente un día lo notó y me lo hizo ver socarronamente: "deberías dedicarte a organizar agendas"...
... y así hice. Empecé por la de él. Si iba a perder algún cliente, que fuera él, por bocón. El hombre quedó encantado, su mujer quería conocerme para que le organizara su agenda y para que hiciera tiempo en las agendas de ambos para que pudieran vverse y salir, románticamente, como hace años que no hacían...
Luego la voz se corrió porque a un cliente lo atendí, distraidamente, y cuando me preguntó que qué estaba haciendo, le comenté que estaba arreglando la agenda de la esposa de otro cliente para que pudiera encontrarse con su esposo para ir a cenar. Se quedó encantado con la idea y me entregó su agenda. Y luego otro cliente hizo lo mismo, y me entregó la de su esposa....
Eran diez ex-clientes de publicidad que seguían siendo clientes. Ya no tenía que moverme de casa para organizarles las agendas, todos los cambios los hacía por la computadora a través del correo-e y al llegar a su oficina ya tenían en sus manos la agenda. Bien sea por la computadora, bien por la agenda-teléfono de bolsillo, bien por la secretaria al celular. Y además de esos diez clientes que ahora eran "clientes de agenda", tenía 7 clientas más. Económicamente no me iba mal.
Empezó mi fama a hacerse tan grande que me llegaban llamadas por todas partes, desde todas partes, para que les organizara las agendas a los gerentes y cerebros comerciales más grandes y reputados del país. Podía cobrar lo que quisiera, podía decir que no tenía disponibilidad e igualmente seguían llamándome, rogándome que les hiciera un hueco en mi agenda para que les organizara la agenda.
Tenía una cocinera y un ama de llaves en el nuevo departamento que logré comprarme con todo lo que gané en ese año de trabajo más la venta de mi antiguo apartamento. Logré cambiar de carro al cabo de 6 meses más y recibía a mi entrenador personal en casa porque ya no me daba tiempo de ir al gimnasio. El problema de las colas y las viandas de comida, par amí, había quedado atrás. Ahora podía comer en casa, con dos agendas abiertas, para organizarle la vida a dos seres que tenían 20 años de casados y más de 10 sin verse en planes personales. La vida me sonreía.
El fin de todo se produjo un día sin lluvia. Un día que no esperas que pase nada malo. Un día en el que anoté en la agenda errada, la reunión inexistente y en la agenda existente un hueco enorme para ir al gimnasio. Un cliente se quedó media hora sentado en un restaurante esperando a un cliente al que llamó finalmente y supo que no iba a venir porque no habían quedado en verse ese día sino el mismo de la semana siguiente... y el otro estaba dándose un masaje cuando lo llamó fúrico un cliente muy importante que tenía 45 minutos esperándolo y él había decidido darse un masaje después de más de una hora de entrenamiento...
Allí me dí cuenta de que mi asistente había anotado mal las cosas, que a mí se me había desbordado el trabajo, que me había convertido en una gurú que iba a la televisión y me solicitaban para talleres, tenía clientes en todo el país y no tenía tiempo ni para hacerme la manicura yo misma. El colmo del chic era la solución a mi falta de cuidado personal femenino más notorio: me ponía guantes para que no se notaran mis uñas recortadas, mal cortadas, ni mis manos resecas como papel estrujado. Todo el mundo elogiaba mi estilo refinadísimo al vestir sin saber que yo buscaba esconder la falta de tiempo en mis atenciones personales.
Decidí atacar de frente, sin rodeos y sin escrúpulos: aumenté la tarifa de mis servicios, prescindí de algunos clientes, no necesariamente los que tendrían menos notoriedad social, sino los que me "vibraban" menos, despaché a mi asistente y me preparé para lo peor.
Tenía tiempo para mis 10 horas de trabajo diario al que estaba habituada. Todo lo hacía yo. No tenía que responder por errores que no hubiera causado yo. Iba a hacer mis compras de comida una vez por semana. Iba a la manicurista cada 15 días. A hacerme los pies una vez al mes. Salía con alguna amiga, por lo menos una vez por semana, comencé a redescubrir el bien que me hacía sacar a pasear a mi perro y 3 veces por semana iba para el gimnasio. Mis ingresos económicos disminuyeron, mi cotizada fama se hizo más notoria, mi estilo al vestir cambió para algo menos ostentoso y más relajado sin perder el toque glamour que me caracterizaba. Me volví la envidia de algunos, el objeto de deseo de otros y la próxima candidata a gurú personal de algunos más.
Bonita, rica, famosa y joven, muy joven. ¿Qué más se podía pedir?
Sí, eso, pareja. Pero tampoco me enfrasqué a pelear por eso: sola, en casa, no iba a ocnseguir hacer nada, así que tenía que "vender el producto", como había aprendido en la escuela de publicidad. Con un poco de dinero me compré un computador personal super portatil y me vestía como cualquier hijo de vecino. Cambiaba de café, de zona de la ciudad, pero no hábito: gracias a una conexión wi-fi, seguía trabajando mientras mi cara seguía en la vitrina de muchos pasantes de muchos cafés. Gente que iba a merendar por negocios, a conversar para cerrar acuerdos en citas programadas por una asesora personal divina y eficientísima que tenían y a la que era dificilísimo contratar porque era muy selectiva con sus clientes.
Con el tiempo, gracias a que mi computador era muy portátil, me hice frecuentadora de la vida nocturna y cultural. Esa información la utilizaba a favor de mis clientes, pero también para soláz personal. Mi vestimenta cambió y ya era "Bobo": Bohème-Bourgeoise". "Bohemia-burguesa", joven, bonita, simpática, con trabajo de horario medianamente flexible pero siempre practicable donde pudiera contar con una conexión internet y un enchufe para alimentar la computadora. Y sí, seguía siendo rica y famosa... menos rica que antes y más famosa que nunca.
Era exactamente todo lo que yo creía que podía interesar a cualquier candidato a ocupar un sitial interesante en mi corazón.
Pero las cosas no salen como uno lo planifica y tras tres fracasos amorosos, y un desequilibrio emocional en dos oportunidades, llegué a la conclusión de que no tenía tiempo para un novio en mi ocupada, linda pero bien estructurada agenda.
A veces, hasta el mejor gurú, falla en sus consejos. A veces, en medio de la mejor organización, olvidamos el espacio para el caos. A veces, el maestro se convierte en discípulo. A veces, sólo a veces, las mejores cosas de la vida nos pasan por el lado, nos desorganizan el orden, nos revuelven la calma y pueden valer o no la pena enfrentarlas...
... el resultado siempre se escapa de nuestras manos y debemos prever cambios en las agendas personales para hacerles frente.
13 jun 2009
Pelotudeces mías...
2:04 pm: Llamada del número desconocido. La conversación, a grosso modo, va como a continuación:
L: Diga.
X: Bombonazo! Tengo rato llamándote! ¡¿Cómo andas?!
L: ("Bombón"... Será Osvaldo?) Sí, tengo 3 llamadas perdidas tuyas pero estaba trabajando. Todo bien, y tú? (le doy tiempo para que mi cerebro compute el patrón de voz de este personaje y el que yo tengo registrado como "típico de Osvaldo" en mi memoria...)
X: Y, bueno, podría mejorar según me dés tu opinión.
L: A ver, se cancela la clase de tango de esta semana y quieres ver si estoy de acuerdo? (sí, no pronuncio el nombre pero lanzo la actividad que nos es común de una, a ver si es correcta mi adivinanza...) Te la perdono por una vez, pero la semana que viene no te excuso nada!
X: Jajajajajaja... qué estricta! A ver, no, es mejor aún, seguimos en pie con el tango y de paso te invito al cine.
L: ... Al cine? (No fue sordera mía, menos mal, era Osvaldo... ¿De qué estará hablando de ir al cine? Para evitar rollos y conseguir pareja para bailar, aclaré que era estrictamente para bailar tango, al inicio de todo...)
O: Sí... Angeles y Demonios. Función de 7:30 a algo, en el Unicentro el Marqués.
L: Eehhh.....
O: Sí, yo sé que la violación de una de las reglas por un profe es darle derecho al alumno a violentar todas las demás.
L: Ah?
O: Bueno, tu no eres mi profe de "vida y emigración"?
L: Oh! No lo sabía...
O: Claro... ¿Con quién más hablo pelotudeces sobre emigración, inmigración, referentes culturales, sociedad, sociología, psicología, depresión y modernidad? Ni siquiera me había dado cuenta de lo que me hacía falta el comercial de Luchetti hasta que me sacaste a relucir lo de los cangrejitos Brahma...
L: (Tenía yo ganas de responder alguna estupidez del tipo "y bueno, cuando uno es inmigrante, habla de sus dolores, inconscientemente, con todo el mundo...." Pero sí le entendí la nota y no me quería hacer la odiosa. No sé por qué razón se me cruzó el cable hacia la compasión luego de haber estado en la tierra del sarcasmo...) No, bueno... no sé... puede haber alguien más que te dé otra visión sobre esos temas... o alguno de esos temas, aunque sólo sea por error, ¿no?
O: Ya, claro, pero no igual que vos! Vos sos vos! ¿Con quién más me siento yo a tomarme un vino, con tango al fondo, y me río, fumo, casi lloro, tiro dos cuentos, me enquilombo con los pies, salgo cagando de la pista y todavía me siento medio dios porque salís a decirme "sabes, ese estilo libre en tango, algún día lo lograré, pero por los momentos no me pongas en esos trances, estoy muy abajito..."
L: Ah! ¿No es estilo libre?!! ¿Es que te enquilombas no más?
O: Jajajajajajajajajaja...
L: Pelotas... jajajajajajajajajaja...
O: jajajajajajaja... ¿Viste? Y me siento como si pudiera ser siempre honesto con vos porque sé que no me juzgás. Acá a las minas no sé qué decirles porque a veces se arman quilombos de nada...
L: Eeeh... Bueno, depende de la mina...
O: Claro! Por eso digo, que vos sos vos! El bombonazo! ¿Entonces, qué te parece el plan de la peli? ¿Te provoca? Alguna atención tengo que poder tener con mi querida profe...
L: Pero no es que debas "retribuirme" de alguna forma nada... el ratito del tango es de lo más divertido siempre... no lo veo como obligación...
O: Ya, pero igual me nace. ¿No quieres ir?
L: Y... bueno, no tenía pensado ir al cine contigo pero, como tú bien dices, hay que hacer algo nuevo todos los días... es novedad eso de ir al cine contigo.
O: Ya... jajajajajaja... sos compleja hasta las patas!
L: Jajajajajaja... no más que vos, pelotas!
O: Jajajajajajajaja...
Y no me gusta pensar en NADA malo. No me gusta ver segundas intenciones. Aunque estaba muy zalamero por teléfono. Así que me fui al cine tranquilita, como quien anda con un primo, un cuñado, un hermano... Pero la mar de atento, el caballerito inglés, nervioso que estaba, perfumado como no lo había olido antes... llegué a pensar que nos iban a sacar del cine por el banco de perfume que flotaba a su alrededor... vestido im-pe-ca-blemente... ¿Saben esas cosas que una se huele y no se le salen de la cabeza y dice "aquí hay gato encerrado"? Eso, eso mismo siento.
No, no me tomó de la mano. Caballerito inglés, ¿no les dije? Yo, que haré muchas cosas sola menos ir al cine, suelo ir acompañada por la sencillísima razón de que si tengo que echarme a correr, colgarme, volar o sumergirme en alguna escena de la mpelícula, tengo que tener un "referente humano" al lado, del sexo que sea, porque siempre termino colgada del brazo, pegándole en el brazo, jalándole del brazo... porque sí. Lo mismo me pasó con Osvaldo que, pobre, no se imaginaba mi tipo de manías cinematográficas. Le pedí disculpas como cinco veces en la película. Al salir, luego de empezar a bajar por las escaleras de salida, me preguntó:
O: ¿Y vos sos así en todas las películas?
L: ¿Así cómo?
O: Que lo tironeás a uno, lo decís a uno comentarios, lo tirás al agua con vos y lo sacás a flote también, luego de que te hundís en la silla...? Sos un fenómeno! jajajajajaja...
L: Ay! Perdón! Sí, soy así... Te vuelvo a pedir disculpas, no fue intencional, es que tengo la imaginación desbordada, soy muy visual y me "meto" en la peli...
O: No, tranquila, todo bien... es parte de la experiencia de ir al cine con vos, bombonazo...
Y no sé, más bien NO QUIERO saber nada. Pero me ando oliendo cosas raras... ¿Alguien me aclara su opinión a ver si coincidimos? De todas todas, aunque esta semana tenemos clase de tango de nuevo, como siempre, sé que andaré un poquito menos confiada porque me temo cualquier chorrada...
... estas cosas que me pasan a mí, por bohemia, desmañada, descuidada, compulsiva e impulsiva.
11 jun 2009
Manual de un pichón de escritor
El asunto es que yo, aquí donde estoy, no sé qué decir (o qué hacer) cuando la gente me dice "qué genial como escribes!" o "qué fenómeno como lo cuentas" o "es que no sé de dóoooooonde se te sale lo de la poesía, yo no logro rimar dos frases"... como cierto lector fijo de estas líneas (que yo conozco) me decía hace un tiempo. Simplemente no me creo que esté haciendo algo fenómeno o fuera de serie... pero me siguen diciendo, preguntando y comentando (no todos los que comentan dicen, no todos los que dicen, comentan)
El caso es que no sé, arranques de ego mal llevado, generosidad para las nuevas camadas de "pichones de escritor", asuntos no gestionados de un complejo de magalomanía, me han impulsado a contar qué se hace para escribir "tan" bien. No se crean, el asunto no es de una obviedad descollante: tengo 2 días pensando en eso... Y he llegado a un simple formulario de condiciones que me predisponen a, me obligan a, me incitan a o me ofuscan al escribir.
Diría otro célebre ser, Jack El Destripador, "vamos por partes":
Caso uno. La inminencia de la ausencia.
Hay días en los que todo pasa a tal velocidad que siento que no soy yo sino que le pertenezco a mi vida, quien simplemente me utiliza como vehículo para vivir. En esos días, la cabeza la tengo ausente y no escribo. Si me planto frente a la máquina, sale cualquier cosa, lo dejo en "borradores" y me largo a dormir al rato... suelo borrar todo días o meses después. No valía ni una lectura...
¿Qué vale en esos casos?: Nada. Yo, por lo menos, no tengo salvación. Días después, una taza de té, un poco de visión de "madre amable" con mis textos y un pedacito de apasionamiento con alguna frase hacen que salve parte de ese texto escrito que no tiene ni pies ni cabeza y que redacté por dejarme tarea para el ejercicio de autocrítica días después. A veces esas ideas se transforman en cosas super comentadas. A veces, la mayoría de los casos es así, no salen a la luz sino como "antecedentes" a la idea que sí toma vida como post.
Caso dos. No me lo puedo guardar más...
Hay ideas que dan vuelta en la cabeza por años. Décadas incluso. Un día se alborotan los humores, las hormonas, los apellidos, yo qué sé... y decides largarte en un monólogo de todo lo que sientes en ese momento con respecto a X idea. Procuro presentar mi análisis, digerido por años, de la manera más digestiva y suscinta posible. Luego de estos intercambios con mi "yo" más profundo, suelo quedar agotada. La adrenalina corre por el torrente sanguíneo y lo que se me antoja es reformar el mundo a escopetazos limpios... luego me autocensuro la violencia. Finalmente agradezco la diversidad... Todo un asunto espiritual, como se puede apreciar.
¿Qué vale en esos casos? Objetividad. Mucha. A mí se me da mejor con una jarra de agua y un vaso al lado. Tal parece que las ansias de todo decir y el proceso de "filtrado y selección" del material relevante para que el texto no pierda sentido pero no abunde en detalle, me hacen subir la temperatura corporal y como me recaliento el sistema me da más sed. También podría ser que la ingesta de agua aumenta como recurso primigénio para refrescar los micro-circuitos cerebrales que se empeñan en buscar una palabra más completa para sintetizar más. Todavía no he comprobado cual hipótesis es más adecuada a mi caso. Y el agua puede ir acompañada de galletitas o chocolate.
Caso tres. Ni me veas que no estoy
Son los "arrebatos literarios". Me entran unas ganas de escribir que hasta que no entrompo correctamente la cosa y no le pongo vida, otoño y punto final, no me dedico a otra cosa. No me permito borrar lo escrito en estos tiempos porque son parte de mi esencia. Son la gasolina que me mueve, la chispa que me hace ser, al desnudo. Pueden no caer bien, pueden no encantar a mi audiencia. Pero son. Y punto.
¿Qué vale en esos casos? Un poquito de silencio o un todo musical que sienta que armoniza con el instante. Se me puede dar que ponga música por complemento a lo que escribo, o por contraste a mis sentimientos. Puedo pasarme días en ese material y anotar ideas en un papel. A medida que pasan los días tacho unas, cambio otras, reemplazo las eliminadas, analizo otras que ya tenía... Y me siento a darle frenética hasta que todo me quede bien redactadito, el texto diga lo que quiero decir y me sienta que he terminado. En estos casos, el texto no termina cuando se acaba la última línea.
Caso cuatro. Es que hay días...
En los que provoca pegarse un tiro. A uno no se le ocurre nada bueno!! Ni siquiera mediocre: no se le ocurre nada para escribir. Nada más. Nada menos. La nada total en la cabeza. Ni siquiera prendo la computadora: le tengo pavor a los efectos secundarios de enfrentar por un ratito el "síndrome de la página en blanco". Sé de qué se trata, sé lo que la origina, sé que se me quitará... no vale la pena someterme a la frustración.
¿Qué vale en esos casos? Autoaceptación. No todo slos días estamos geniales. A veces es necesaria la aridez del desierto: sólo así se garantiza una próspera estación de lluvias el año que viene y los animales tendrán suficiente agua, igaul que los cultivos...
Caso cinco. Lloviendo sobre tí
Ese día las ideas saltan a la vista .Escribir 5 veces en un día no es recomendable. ¡Ni siquiera dos! Es que los archivos se vuelven locos, una se ve a sí misma como si estuviera filmándose, sentada en la computadora, (me dió ideas para un post... qué cosa tan buena!!) escribiendo con ahínco, esfuerzo, pasión y ardorosidad casi insana, como una loca. El mundo desaparece alrededor. Y todo se centra en la carne, sudor y lágrimas que estás enfrentando allí...
El único efecto secundario negativo que he visto, es el de un novio u amante que se sintió abandonado porque la "fiebre escritora" me tocó hondo. También he vivido cosas hermosas, como que el novio- amante, se sentara con los ojos pelados y la sonrisota endulzada a verme escribir en un trance creador donde ni lo notas ni te enteras cuándo ni cómo llegó al despacho.
¿Qué vale en esos casos? Tenerme paciencia. Mucha. Sé inventar muchos cuentos pero algunos los saco de retazos de la cotidianidad personal mías. Quisiera pero no es posible ni justo meter de a cinco posts por día en el blog simplemente porque me provocó... Hay que dar tiempo a la sana digestión emocional...
¿De resto? Por ahí tengo un sombrero de papel que me pongo para escribir, si me provoca. A veces saco la barra de chocolate. En otras apelo a la nevera o la cocina. A veces bailo algo que me provoque en el momento (lo más raro que he bailado ha sido el "Para Elisa" de Beethoven) y me dé algo de agotamiento físico, para limitar la apasionante preguntadera de mi auto-crítica...
Espero que estas pequeñas palabras les hayan servido como luz y camino.... o para llenar más rápidamente el tacho de la basura o la papelera! ;)
Que estén bien ahora y siempre. Namasté!
10 jun 2009
Todo por una chupeta...
El J aparece hoy con una bolsa de papel en la mano. Yo estaba en una de mis 5 tareas. Sale y me dice, poniendo la bolsita a mi lado mientras buscaba una carpeta para unas diligencias: "¿quieres una?" Y sin esperar mi respuesta, se apresuró a decir "agarra una"
Eran chupetas... caramelos en palito... no sé cómo las llamen en otros países! El que quiera contarme cómo lo llaman, avísenme! :D
Me acordé de mis años de infancia, lo poco que siempre me gustaron las chupetas por el inevitable reguero que se hacía el caramelo en las manos porque siempre, por el roce con lso labios, se embarraba el palito y terminaba con la falda del uniforme pegostosa... ¿a qué velocidad por hora pasó todo eso por mi cabeza? No lo sé, pero fueron instantes.
Lulu: -No, gracias Sr J, ya estoy grande para la gracia ("... de embarrarme con caramelo las manos" pensé para mis adentros, sonriéndome de todo lo que recordé...)
Sr. J:-Pero no, hombre, agarra una! Qué edad ni qué nada, si eres una niña!
L:-No, gracias, de verdad, ya estoy grande para la gracia... tengo 30 años...
Sr J:-Tú no tienes 30 años... mentirosa! Lo que te da es vergüenza y por eso no la coges! Si las voy a regalar a todos los niños de la calle hoy porque me provocó..
L-Qué lindo! Se van a poner contentos! jejejeje...
Sr J:-Qué 30 años ni qué ocho cuartos, agarra una...
L:-No, de verdad, no me gustaba llenarme de caarmelo antes, ahora menos... y le muestro la cédula de identidad...
Sr J: -En serio son 30?
L: -En serio, Sr J....
Sr J:-Pero... pero si hace nada... ay! Mi Madre! Qué viejito que estoy!! Pero si no tienes cara!!
L-Ah! Gracias! qué lindo piropo!! En mi casa somos de buen envejecer y la cremita, veo, ayuda bastante! (sonrisota aaaamplia, carcajada incluída)
Sr J:-Mi madre... qué viejito que estoy...me voy a entregar esto antes de que me pasen por encima 10 años más y no me entere... Si hace nada eras así chiquitica y tu mamá te llevaba a visitar a los vecinos... ay mi madre... qué viejito...
Y bueno, me dolió verlo tan apesadumbrado. De repente le cayeron 25 años encima... esos vecinos se fueron de esa casa cuando yo era una chiquitina de 6 años... y él se había quedado con el recuerdo.
En 5 segundos te caen 25 años en la realidad mental y ha de ser abrumador. El otro día me cayeron 7 encima y me quedé muy sorprendida...
Lo que pasa cuando uno ofrece una chupeta...
Conciencia ecológica
7 jun 2009
Manual del usuario (de este blog)
En períodos como este, estando la tecnología como está, siendo que todo el mundo monta una empresa con sitio web, blog y correo-e, a mí, romanticona empedernida, me ha dado por montar empresa propia, con correo-e, catálogo en 3d y palpable (sigo llevándolo yo a mano, a cuestas y a quien lo solicite), con teléfono y tarjetica de presentación (hay que dar la cara siempre, me dijeron mis papás) y, si acaso llego, así, por no dejar, con página web en algún tiempo. Que bien podría ser un blog...
... pero no será éste, porque es mi cuaderno literario para auto-exploración y coqueteo con otros anhelos de fama. Los 5 minutos que propuso Warhol y un poquito más, a lo García Márquez o Saramago.
Así que, visto lo visto, mientras preparo todo para el "side B" de mi vida, seguirán conociendo sólo este "side A", el de los 2 trabajos y una rutina hogareña. El que les ilustro por este blog-cuaderno literario de exploración personal.
Y como no se van a encontrar inventos literario en éste, mi centésimo post, debido a que tengo audiencia de "cierta edad" y puesto que algunos de mis fieles seguidores no lo saben todo, he decidido explicar lo que nunca expliqué:
Usuario:"¿Qué habrá de interesante aquí?" (una de las preguntas que me hago al entrar a una nueva bitácora)
Lulu: Si a usted no le interesa descubrir nuevas canciones, leer traducciones de cosas escritas en idiomas raros, analizar con otra óptica las cotidianidades que no son las suyas pero podrían darle luces sobre las suyas propias, descubrir algunas curiosidades mundanas y de la cultura occidental donde está inscrita mi existencia y alguna que otra reflexión sacada de algún libro con teorías epirituales orientales... pues nada. Y le aseguro que lo seguimos queriendo y los seguimos necesitando en este mundo. Aunque sólo sea para adquirir fama a posteriori, a través de mis dedos y mis escritos.
Usuario: ¿Por dónde empiezo con esta cosa?
Lulu: Por donde le provoque. Si lanzó una búsqueda en Internet y la página de resultados le arrojó mi blog, empiece por lo que estaba usted buscando. Luego puede irse al principio (basta con teclear la dirección de mi blog que le aparece en la barra de navegación, hasta el ".com") o seguir leyendo otros post haciendo click en el índice que encontrará en el lado izquierdo de la página web en la que se encuentra parado su mouse ahora, y que se titula "Piezas bailadas". Está organizada por meses y años.
Usuario: Pero, ¿será posible? ¡¿Qué tipo de cursilería es esta?!
Lulu: ¡Rápido! En su barra de navegación encontrará una flecha que apunta hacia la izquierda y que se suele llamar "atrás". Haga click allí y olvídese del mal rato. Es que en internet hay cada basura que publica cada loco... créame...
Usuario: Uy! Qué bueno! Quiero leer y oir más!!
Lulu: Lamentándolo mucho, esto es todo lo que hay. A un promedio de 5 post por semana, le garantizo que falto de "vitaminas espirituales" no estará, si de mi depende. Así que, relájese, disfrútelo todo y saboree cada palabra de lo que más le gustó, lo que ha de venir y lo que pueda recomendarle.
Usuario: Qué diseño mediocre/ que maravilla de plantilla/ que feroz la redacción de la mina/ quiero verle más de cerca la cara/ necesito decirle que este rosado es insufrible/ qué ganas de contarle lo que me hizo pensar en este momento...
Lulu: Para casi todo lo demás existe Master Card, diría por allí la cuña publicitaria. Para este caso sólo hay dos opciones: a) Al final de cada post hay una palabrita que dice "comentarios": le hace click y siéntase libre de desempachar su alma sin límites de caracteres en esa cajita que le aparece con el cursor titilante. b) Del lado izquierdo de la página web hay una cajita azul cielo que se la suele conocer como "chatbox": allí sólo le caben 200 caracteres pero me puede contar lo más socorrido de su alma, con toda confianza.
PD: Fotos no envío, citas personales no suelo dar... será los únicos casos donde me niegue a contestar...
Usuario: Soy muy tímido/a, no quiero que nadie nadie nadie sepa qué te quiero decir, Lulucita.../Lo que te voy a comentar no tiene relevancia sin una historia muy larga que entorpecerá los comentarios de otros usuarios...
Lulu: Ah! Claro!! Pero si tengo correo-e! Está en mi perfil, pero si te da mucha flojera buscarlo, aquí te lo apunto: bailandohacialaluz@gmail.com
Usuario: Qué cursilería de niña: en medio del texto me mete palabras en rosado y magenta...
Lulu: El color rosado chicle de algunas palabras no es gratuito: cada vez que usted vea una palabra en magenta o rosado chicle en este sitio, lo que le está indicando es que si le hace click lo remitirá a otro sitio web o algún reproductor online de música.
Usuario: No consigo lo que ando buscando!!
Lulu: Debido a mi ignorancia tecnológica y la configuración específica de la plataforma blogger, no hay un buscador como tal. Cada texto queda archivado, gracias a unas cositas conocidas como "etiquetas" (o palabras claves para nosotros los mortales), bajo el titulito de "Acordes para darse ideas", otra vez en la columna izquierda de la página web.
Usuario: Esta cosa no tiene sino la letra. ¿Cómo se supone que sepa si la canción me gusta?
Lulu: Al final de cada canción, se encontrará con el título del tema y el cantante/grupo que la interpreta. El color rosado chicle de alguno de estos elementos no es gratuito: cada vez que usted vea una palabra en magenta o rosado chicle en este sitio, lo que le está indicando es que si le hace click lo remitirá a otro sitio web o algún reproductor online de música. Para no complicarle las cosas, suelo poner enlaces a páginas webs que no requieran descargar programas o instalar archivos. Yo también sufro con esos...
Usuario: Me gustan las imágenes/ me encantan los videos/ necesito saber a qué suena tu voz/me produce un morbo inconfesable oir a los que leo...
Lulu: No me he metido con los posdcasts: no me llaman la atención y no considero que mi voz sea excepcional o digna de ser amplificada y reproducida. Mis letras sí.
Lo de las imágenes: si me provoca pongo alguna, sino pongo enlaces a las páginas webs que ilustren mis ideas. La mayoría de las veces, mi creatividad desbordada considera que todos son capaces de imaginarse lo que describo... 80% de las veces que escribo no uso imágenes. Lo siento... así funciono yo...
Espero haber respondido todas las posibles dudas que alguna vez le hayan surgido. Para todas las dudas que hayan quedado, espero sus preguntas... prometo darles cabal respuesta.
Ojalá su estancia en estos predios sea más placentera... Que lo pase bien aún si no se queda en este patio.
5 jun 2009
Un amor iluminado
O amor tem feito coisas que até mesmo Deus duvida.
Já curou desenganados, já fechou tanta ferida.
O amor junta os pedaços quando um coração se quebra.
Mesmo que seja de aço mesmo que seja de pedra.
Fica tão cicatrizado que ninguém diz que é colado
Foi assim que fez em mim
Foi assim que fez em nós
Esse amor iluminado
Iluminados. Ivan Lins
El amor ha hecho cosas que hasta el mismo Dios duda
Ya curó desengañados, ya cerró tantas heridas.
El amor junta los pedazos cuando un corazón se rompe.
Aunque sea de acero, aunque sea de piedra.
Y queda tan cicatrizado que nadie diría que lo han pegado.
Es así que obra en mí
Es así que obra en nosotros.
Ese amor iluminado
Me la regaló un amigo mío hace algún tiempo... ¿verdad que es preciosa?
Menuda canción. Este Ivan Lins... ay meu deus dos ceus!
Pero, me va pareciendo que tiene mucha razón:
Es que para todos los enojos y todas las dudas, el único disolvente universal es el amor.
Para todas las tristezas y los fracasos, el único lecho dónde reposar efectivamente es el amor.
Para todas las alegrías y las risas, la única estancia donde gritarlas a viva voz es el amor.
Y en caso de culpa o de ansiedad, la mejor respuesta siempre es el amor.
Ah! El amor...
... y más si es un amor así, como el que obra a través de nosotros... un amor iluminado.
Gracias, otra vez, por todo el amor, a todos los que están allí, amando sus vidas, sus gentes y sus seres propios.
Gracias a ese amor iluminado que nos juntó, a mi amigo y a mí... :)
2 jun 2009
La flama del amor...
Tu vois passer le train
Et la blancheur des voiles
Des femmes tenant un fils
Et l'odeur du jasmin
Qu'il tenait dans ses mains
Au Café des Délices
Au café des délices. Patrick Bruel
Tus recuerdos se velan
ves pasar el tren
Y la blancura de los velos
de las mujeres que portan en sus brazos a un hijo
y el olor del jazmin
que él tenía en sus manos
En el Café de las Delicias
Au café des Délices. Patrick Bruel
Los olores nos definen, nos hacen pertenecer a un sitio y nos reavivan recuerdos Son capaces de transportarnos en el tiempo a épocas lejanas, cercanas, hermosas o terribles. Vivimos de la nariz. Somos, muchas veces, más animales que humanos y los olores nos incitan a hacer o no hacer cosas. Olor a monte recién cortado, a leño ardiente, a naranjas frescas, a fresas maduras, a girasoles y a pasto seco. Olor a tierra mojada, a salitre, a chocolate y a lavanda. Olor a torta horneada, a manzana, a vainilla, a cardamomo y nuez moscada. A sándalo, a pachulí, a almizcle y a limón. Olores, contenidos, envasados, silvestres, al natural, preservados o desaparecidos... nos definimos por lo que nos gusta y mucho d elo que nso gusta nos entra por las narices.
No somos objetivos con lo que nos apasiona, no solemos relacionarnos a través del "me gusta hacer" sino que nos agarramos más de los sentidos, incluido el del gusto, ampliamente influenciado por el sentido del olfato. ¿Cuántas veces no nos ha pasado que decimos "esto sabe a lo que huele ____"?
Y para los afectos y las relaciones amorosas no somos muy distintos. El perfume de mamá, el de la abuela, el de la loción de afeitar de papá o del tío o del abuelo. ¿Cuántos recuerdos no nos vienen a la mente cuando evocamos el olor característico del cuarto de X miembro de la familia? Como si de una ametralladora a la que le hubiéramos apretado el gatillo se tratara, comenzamos a revivir texturas, colores, intensidad de luz presente en esa estancia, palabras, frases, enseñanzas. ¿Cierto?
Cuán doloroso, gozoso o hermoso nos resulta poder revivir a una persona a través de su frasco de perfume preferido... especialmente cuando ya no podemos volver a sentir sus manos, sus abrazos, su mirada o su quieta presencia, a un metro de distancia de nosotros, pero allí. Los hay que han comprado el frasco de perfume de su ex para revivirla en directo. Los hay que han arrojado el frasco de perfume de su ex para poder olvidarlo. Los hay que reimos o lloramos ante el vago velo de un perfume de alguno de nuestros ex que se cruza con nuestra memoria por el simple hecho de un viandante que llevaba la misma fragancia sobre su persona.
Soy de las que ha quedado transida en un sitio, cortada en dos por el dolor, luego de haber percibido un efluvio ligero de Giorgio Armani for men. Soy de las que ha sonreido ampliamente al oler un coletazo de Chérie de Dior. Y soy de las que sin más, porque ese período de mi vida terminó y terminó hasta mis recuerdos de mi misma porque ya no me hallo y no me siento conmigo misma en compañía de ese olor, arrojan el resto de perfume en la botella para sintonizarme con el inicio de un nuevo ciclo de mi vida. ¿Será por eso que siempre compro frascos pequeños de perfume?
El tema es que no me quiero ni imaginar cuan doloroso, gozoso o ridículo pueda ser, pero la cadena de restaurantes de comida rápida Burger King decidió lanzar un perfume llamado "Flame". Este snobismo no podría ser más snobista si no fuera por lo inverosímil de la propuesta: el perfume huele al tan celebérrimo "Whopper" de ellos. Y claro, está dirigido al público másculino, no al femenino... a mí se me hubiera ocurrido un escándalo con las feministas estadounidenses, de haberlo hecho al revés.
El tema es que por cinco humildes dólares americanos, señores, podrán oler a uno de los mejores platos de la cadena Burger King y dedicarse, sin ningún empacho ni remordimiento, a seducir a mujeres deseosas de, ahora sí con todas las letras, pegarles un mordisco y arder en las flamas de sus colesterólicos y carnívoros recuerdos.
Lo que pasa es que ahora sí podrán ver de antemano quienes, como la que escribe, son carnívoras y los rechazan de plantón, nada más por el olor... y quienes son carnívoras acérrimas y sin mayor precaución les abren la puerta de sus vidas aunque no sean ni remotamente la pareja que buscan.
Es que, dicen, las flamas del amor todo lo pueden...