Este es el tercer ser con el que comparto vida cotidiana. Y tiene sus cosas muy peculiares. Puesto que muchas veces es el que me pone a tono, me quita todo rastro de amargura por la rutina y me devuelve la sonrisa al rostro... y entonces aflora mi lado escritor, he creido prudente comentarles de él...
Lo primero que me pasa por la cabeza es uno de sus defectos: arrogante. Se puede decir que lo es. Es que sale al pasillo y ya se le ve: se yergue, alza la cabeza, camina con un aire de propiedad... de "todo esto es mío... y lo que ven tus ojos no lo es, pero bien podría ser". Feroz. Quizás sea ló único que me incomoda de él realmente.
Y me imagino que me incomoda porque coincidimos en tamaños de ego, supongo yo. Horrible declaración para alguien que dice seguir el camino del tao. En fin, por lo menos trato...
Y me imagino que me incomoda porque coincidimos en tamaños de ego, supongo yo. Horrible declaración para alguien que dice seguir el camino del tao. En fin, por lo menos trato...
De hábitos aseados. Realmente aseadito es. Le dan sus arranques de locura y se pone como león enjaulado por la casa. Pero por fortuna todo eso dura instantes... no más de un cuarto de hora. Suelo ser paciente, reirme de sus desmadres y, si se intensifica mucho, ponerle algún tipo de coto. Así se reordena él solito y se calma. Trabajo en equipo, le llaman.
El otro defecto que le veo es lo comelón que es. Y glotón! De lo que como, siempre quiere una probadita. Alega cosas varias: "quiéreme un poquito", "yo te quiero", "tú sabes lo que me gusta eso"... lo cierto es que a veces se sale conla suya y le sirvo una porción para él. El tema "caraotas" (Frijoles, fríjoles, porotos) es, en su caso, sa-gra-do. Si no le doy, me arma berrinche manipulador. Lo mismo con el brócoli...
Lo otro es que es un querendón sin remedio: anda buscando que lo amapuche, lo apapache, lo abrace. Con o sin excusa. Si no ando de cariñosa, viene a hacerme cariñitos para distraerme, sacarme de concentración y terminar saliéndose con las suyas. Ah! Y lo que más le gusta: hacer siestita conmigo. Basta y sobra que yo anuncie que voy a hacer siesta y él, que hasta el momento no había dado ni la más mínima señal de querer dejar sus asuntos a un lado, a los cinco minutos anda tanteando un huequito en la cama para acostárseme al ladito. Si, no lo soporto, me da calor y le pido que se mueva aotro lado pero casi nunca lo consigo: es un auténtico pegostito.
Es un zalamero. Se sale con las suyas. Me molesta pero lo logra... ¿Cómo se le hace? ¿Quién se le resiste?
Tiene sus áreas de la casa que son sólo para él. Y no le gusta que vaya a amapucharlo cuando está ahí. Pero soy una necia y justo me parece más irresistible cuando está allí! Soy necia, ¿verdad? Pobrecito.
Además, me impresiona su agilidad. Es impresionante lo que logra con su tamaño y peso. No, ni es flaquito ni es bodoque, pero es rellenito... y no es nada pequeño, es una cosa monstruosamente grande de 60 cms de largo sin contarle la cola.
Además, me impresiona su agilidad. Es impresionante lo que logra con su tamaño y peso. No, ni es flaquito ni es bodoque, pero es rellenito... y no es nada pequeño, es una cosa monstruosamente grande de 60 cms de largo sin contarle la cola.
Pero claro! Si les estaba hablando de Mónaco, mi gato! "El Señor de los cuarenta bigotes", como lo llamo yo... Ese señor que vive conmigo!
2 comentarios:
Ya decía yo... casí me muero.
Menos mal que Mónaco es un felino jugeton y no un viejo setenton!
Un abrazo, genial, muy genial.
no acostumbro a hacer esto, pero me gustaria que leyeras este:
http://enesteblogdepotter.blogspot.com/2009/03/nada-es-imposible.html
Juajuajuajuajua...
Es un señor, el Mónaco!! Pero no setentón, apenas tiene 2 y centavos de meses.
No acostumbro a hacer eso pero una vez me comentaste algo de que debía ser hermoso él y te mandaré foto para que lo veas en su magnificencia y esplendor. Y sí, prometo leerme tu post! :D
MUAK!
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