Procedo directamente de la fuente más pura y grande de luz.
La celestial.
He descendido a lo más bajo que pude llegar nunca en mi vida.
El abandono de mí por mí misma.
Y por haber conocido el Tártaro después de venir del Olimpo, sé cuan etéreos somos:
A un hombre podrás quitarle toda luz y dejarlo en la más ciega de las noches, que se guiará meramente por la luz que de su conocimiento o sueños de luz emanen.
Quítale la capacidad de soñar y lo habrás matado en vida.
Sólo quien ha sufrido sabe apreciar la alegría más pequeña.
Sólo quien ha reido amplia y libremente sabrá reconocer la más pequeña de las molestias.
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