Y me recordarás en cada amanecer, en cada atardecer, en cada tapiz tejido, en cada vendedor de cada mercado. Y me recordarás en tus ausencias y en tus presencias del cotidiano.
Y me verás en tu escritorio al remover papeles, en tu taza de café de la mañana, en las propuestas de trabajo, en tus cenas con amigos y tus almuerzos del fin de semana.
Y me pensarás en tu caminata cotidiana, en tus paseos llenos de ganas de aplastar hojas secas y de sembrar nostalgias, en tus días de sol y de esperanza y en tus noches de calma y muchas fragancias.
Y te sentiré en cada sonrisa que a tí me recuerde, en cada cabello que al viento juguetee, en cada ausencia de mis besos en tus sienes y en cada deseo de estrechar tus manos contra mi vientre
Y serás la razón de cada batalla librada contra mis dudas, de cada sonrisa cuando mire a la luna y de todas las esperanzas renovadas.
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