5 ago 2009

Chocolate

Como una crêpe de chocolate espolvoreada con azúcar impalpable. Así se lo podría describir. Era un hombre como una crêpe de chocolate con azúcar impalpable: delicado, dulce pero con un toquecito amargo que impulsaba a seguir buscando más de esa dulzura que le era indisociable y que, a ratos, se vertía en demasía, tal como cuando el azucar se te funde en la boca mientras el chocolate pasa por la garganta.

Era un hombre de ojos de chocolate fondant; negros, brillantes. Pero sobre todo eran untuosos: se esparcían por todo cuanto miraban las pupilas negras que los acompañaban y dejaban una traza, como el fondant, en todo cuanto tocaban.

Como una mousse de fresa con sirope de gelatina. Así se autodescribía. Era una mujer de brownie pero se autodescribía como una mousse de fresa con sirope de gelatina: delicada, vaporosa, apenas palpable y muy dulce. Eso es lo que hubiera querido ser. Su personalidad real la desmentía completamente: ella era blanda pero ligeramente crujiente, dulce pero con un toque amargo, desmoronable pero bien compactada.

Era de cabellos color chocolate de leche y ojos de calidez que invitaba a acompañarla con el mantecado que tenía por piel. Aunque ella juraba que sus labios rojos y su piel lozana le daban razones sobradas para hacerla pasar por una delicada mousse de fresa. Y sin embargo era tan brownie tibio con helado de mantecado.

Y allí estaban. Desde dos niveles distintos de la vitrina se miraban. La torta de chocolate, con relleno cremoso de fresa, miraba con altivez juguetona e infantil seducción a la suave y esponjosa crêpe que acababa de salir del sartén y pasaba por el mostrador de manos del cocinero a manos del mesonero.

Era un coqueteo fugaz, de esos destinados a hacerte pensar por años y segundos si lo que viste en el otro fue tan sincero y tan profundo como lo sentiste o si, por el contrario, no fue más que un elaborado producto de tu imaginación febril y edulcorada.

Esa imaginación que cree que la vida es suave y dulce como la crema chantilly de ese chocolate caliente que ahora revuelves mientras piensas en ese amor delicado, esa ilusión amarga, ese corazón desmigajado que se vuelven vapores ante las lágrimas que vierten tus ojos por el dolor de lo perdido...

8 comentarios:

Nobody dijo...

Bien...! me gustó mucho el post... aunque el mio quedo mucho mas cortito...

Lulu dijo...

Es verdad! El tuyo quedó mucho más cortito...
...pero es que no nos dimos "pautas" para escribirlo!

Para el próximo, el de la foto... ¿cómo hacemos? Fijemos pautas! :D

Y gracias! El mío es más táctil, el tuyo es más olfativo... Son lindos pero distintos! ;)

EMN dijo...

Muy bueno !! me gusta lo que escribes.. la manera en que vas describiendo de apoco los personajes.

pasate por mi blog, yo estoy empezando a escribir, espero te guste

http://reflejosdemisoledad.blogspot.com/

mucha vida !

Lulu dijo...

EMN: Gracias! :D A una de mis más antiguas lectoras también le gusta la descriptividad de mis textos. Yo lo combino con juegos mentales, hor¿istorias circulares y eso...

Simpático tu blogcito! Estare´leéndolo ;)

@webero01 dijo...


no todo es tan dulce como parece,,,

pero sobretodo hay q saborear cada momento =) ,,,

saludos,,,

Lulu dijo...

Webero: Oh sí! cuán cierto es eso!

La vida? como a una oblea con arequipe y chispitas de colores: hay que caerle a mordiscos y saborearla, manteniendo la curiosidad de no saber si el pedacito siguiente será igual de bueno o un poquito mejor!!

Saludos!! Bienvenido sea!

Anónimo dijo...

esta verga empalaga :s

Lulu dijo...

Jajajajajajajajajajajajaja!
De pana que sí.
Pero era un post que Nobody me ofreció y yo hice juego: el me dijo que iba a escribir un post llamado "Chocolate" en honor a un chat-monólogo que giraba en torno a, entre otras cosas, el chocolate.

Yo le propuse escribir uno con el mismo título y el mismo tema. Creo que me salió así de empalagoso porque no soy dulcera en las comidas y todo lo volqué en la literatura... será? Jajajajajaja...

Pero hasta a mí me empalagó, es cierto ;)