Oigo a Chavela Vargas cantando La llorona y con su voz y una de sus fieles guitarras me fui envolviendo en jirones de recuerdos que se hacen cada vez más nítidos...
Recuerdos de modorra mezclados con una ansiedad que me impulsaba a vencer el sueño.
Y salta a mi boca el sabor, que en la garganta se me pega, del olor de las naranjas recién exprimidas y el humo de los autobuses y carros que por ahí pasan.
Recuerdo un ferviente católico que oye música de su fe mientras me saca del letargo de mi sueño y me obliga a dormir para no preocuparme por sus maneras de conducir.
Vuelve a mi mente una gris ansiedad de no encontrarte pues, en ese momento lo pensé, mis enormes ojos tienen que ser así de grandes porque no saben buscar eficientemente entre las masas humanas que pululan en vagones, andenes, plazas, estaciones y conciertos...
... y recuerdo descubrirte en la inmensidad de aquel diminuto pasillo impersonal y la alegría me encendió todos los colores que vestía esa mañana.
Recuerdo, claramente, el olor a curiosidad y el sabor a complicidad de nuestra conversa, que nació ya eterna, en la sillita desgastada de ese autobús hacia el medio de la nada.
Recuerdo vagamente el saberme indefensa ante la avalancha de recuerdos que a mi mente infantil venía por el olor a humedad, calor y pasto de los llanos de mi tierra.
Recuerdo descubrir mi temor a no temerle a nada, ni siquiera al saber que no te conocía...
Se mezclan en mi memoria la sorpresa, la algarabía infantil, la humedad en mi piel y el olor a sol en las plantas que a ambos nos rodeaban.
Vienen, a las narices de mi mente, los colores de tantas miradas cómplices y tantas sonrisas y risas que compartimos mientras el calor nos hacía conscientes de nuestra fragil humanidad frente a tanta magnificencia, tanta generosidad de follajes, presentada con tanta humildad como la que sólo posee la sabia naturaleza.
Recuerdo sentir, al oprimir con mis manos, el olor de las flores que luego unté por mi cuerpo. Ese olor que me aseurabas usaban las indias en tiempos lejanos cuando la factura de perfumes era asunto desconocido por estos parajes bendecidos por la divina energía que los cubre y los empuja a florecer.
Recuerdo el olor de la tocineta mezclada con la conversa que terminó de confrontarnos en nuestras fragilidades que, hasta entonces, ambos sentíamos pero no habíamos puesto en común.
A mis oidos, este canto sentido, áspero, gimiente y hermoso que tengo como banda sonora, trae la magia imperceptible de las risas compartidas, los pequeños descubrimientos que me regalaste en demasía, las pequeñas complicidades que nos unieron, los pequeños regalos que yo no conozco pero tú sí porque fueron los que te dejé hasta la próxima visita... o la próxima vida... y la generosidad infinita de hasta abrirme al mundo de tu vida más íntima.
Risas, vienen a mi mente risas forzadas primero... y luego espontáneas... que surgían de algo tan impersonal como un auricular. Y silencios... y asentimientos del corazón... y dudas y emoción que se oían pero su voz no llegaba a pronunciar.
¡Qué jodidos son los recuerdos que hasta las maripositas de noche vienen a revolotear en mis recuerdos! Insistentes, molestas pero necesarias para el decorado de esta película mental...
Recuerdo... y no me quiero confesar avariciosa pero me parecen poquitos recuerdos para tantas cosas lindas. Recuerdos...
... quiero más!
Gracias, H por todo. Gracias, G por tanto más. Y que no sean los caminos que cuida la Llorona, permítanos el atrevimiento El Cielo, los que no brinden la ocasión para vernos nuevamente...
5 comentarios:
Los recuerdos apestan!
hum!
La memoria unifica el tiempo. La memoria es nuestro pasado, presente y futuro. La memoria somos nosotr@s.
Precioso. Y la canción también.
Miss No Cindy Crawford: Hm! En este caso, son recuerdos hermosos, me hacen sonreir por dentro y por fuera...
... cuando son así, siento, vale la pena tenerlos en el cajoncito de las cosas bellas en el ático de la memoria.
Los recuerdos feos o tristes, como sabiamente dices, apestan!! ¿Hay que quemarlos? No sé, pero sí botarlos...
...Y quedarse con lo que de ellos aprendiste! ;)
Vienna: Me quedo con tu frase de "la memoria unifica el tiempo". Me pareció importante... es muy cierto. Gracias por los elogios y el pedacito de tu sabiduria.
Lulú
Que te puedo decir... simplemente los recuerdos que relatas son deslumbrantes. A veces las personas se nos acercan y nos tocan fibras especiales, que nos hacen reir como bobos, llorar como enfermos, saltar de la dicha, y reflexionar como monjes!
Eso y muchas cosas FUERON LAS QUE ESE MARAVILLOSO DIA DE FLORES, HOJAS, MONOS, SUDOR y sobre todo sonrisas del alma fue lo que aconteciò ..
Te quiero L.
Gracias por ser parte de un Adios que hoy es un HOLA!
Por acà nos tienes a G y ami, dispuestos a brindarte lo mejor de ambos!
un abrazo
Potter... Te quiero también! Un montón!
Gracias por ser parte de un "hola" que me hizo decir muchos "adiós" en apenas horas...
Por acá me tienen ambos, dispuesta a brindarles lo mejor de todo lo poco que sé y soy... siempre en construcción!
Un abrazo enorme! :D
Publicar un comentario