20 abr 2011

Memoria y pertinencia

Yo conservo las entradas al cine. Y también las del teatro.
Y también anoto en qué fila y qué puesto, de los estacionamientos de edificios y centros comerciales que visito, me estaciono.

A todos los pego en mi agenda, rodeados con toda la información que creo pertinente y, felizmente, me doy cuenta de que al menos mi sentido de la pertinencia permanece intacto. Quizás sea lo único que me quede intacto y por eso me alegra: sufro de amnesia y cada día debo dejarme la misma nota en la mesita de noche y la agenda cerca de esa nota para poder revisar, día por día, quién soy, qué me gusta, qué hago, qué lugares suelo frecuentar, quiénes son mis amigos, qué cosas nos gusta hacer...

... porque por algún accidente de tránsito que detallé hace 4 agendas, perdí mi memoria y, cada mañana, al despertar, sólo sé mi nombre y mi edad. La misma edad desde hace 4 años. Luego del café del desayuno me doy cuenta de mi edad real, allí la ajusto, Pero sólo empiezo el día sabiendo esas dos cosas.

Y sé que en lo que ponga el bolígrafo al lado de esta libreta y me vaya a dormir, habré olvidado que hoy, 20 de abril de 2011, expliqué por primera vez el cómo y el por qué de mi compulsa vida.

Una vida que todos los días me saca de la cama en un shock emocional y cognitivo, que sólo podré mitigar con la notita que me consigo al lado de la cama. Una vida que me recuerda que he perdido quizás el sentido de la memoria pero no el de la pertinencia.

1 comentario:

Xabo Martínez dijo...

Apunte un abrazo interminable antes de irse a la cama.

=)