10 jun 2010

Solicitud celestial

"Quiero ver amanecer
Pero del otro lado ver amanecer
Pero que alguien se quede aquí
Para saber si yo sigo vivo.
"

Padrenuestro. Los Fabulosos Cadillacs

Quiero que alguien me dé certezas. Quiero tener constataciones, quiero ver realidades.
Pero tampoco quiero renunciar a mi simple y llana mortalidad para ello.

Sí, hablo con vos, no te hagás el boludo...

Seguro que te la estás pasando bárbaro con mi mundanidad... Sos un sádico, sabelo.

Pero como no me queda más remedio que someterme a tu divinidad, te propongo hacer tratos: vos me confirmás y yo sigo tranquilita. Ni te cuestiono ni me embolo ni te hincho las pelotas más. ¿Te parece?

¡Ah! ¡¡Ahora me llamás grosera!! ¡Parala allí! ¡Vamos por partes, como diría Jack, el Destripador!

Vos me decís que sí, que puedo seguir por allí. Luego me decís que me frene. Luego me decís que no es momento de preguntar eso, pero que puedo consultarte cuando quiera en el futuro. ¡¿Decime si no tengo razones para pensar que sos un jodido?!

Si yo te mareara así, vos también concluirías que soy una jodida. Y que a vos seguro que te tenían entre los favoritos para los premiados en "el masoquista del año", ¿no?

Y bueno, por las mismas ando yo...

Ya, todo bien. No te jodo más. Sólo quería hablarte como siempre, francamente, de todo lo que me agobia. Y como vos sos la causa de mis agobios, te toca.

Pero sí me entendés, ¿no? Sólo quiero que me des certezas. ¡Alguna! Entiendo que la divinidad no te permite hacer ni revelar más a mi mortal causa.

Ya sé que no me vas a poner a tu altura y no me vas a dejar ver el futuro.
Además, ni quiero semejante responsabilidad porque, admitámoslo, soy una imberbe impaciente: a ese ritmo, nunca voy a atinar a hacer las cosas a tiempo, cuando deba hacerlas, sino antes.

Sí, quizás tengás razón y a mí me falte paciencia. Podría ser cierto.
Viéndolo bien, probablemente tengas razón.
Pero sí me gustaría saber si estoy haciendo bien las cosas, ¿viste?

O al menos, saber si lo que hago me conviene, si me va a sumar al final. Y, sobre todo, si me va a sumar en cosas positivas, no que me vaya a sumar "experiencia". Que vos sabés que llamaron así a todo cagadón que te mandás por pura pelotudez... No, no inexperiencia, a veces es la pura pelotudez.

Me tenés las pelotas hinchadas: ahora me hacés dudar si mi reclamo es legítimo.
Jodido. Sos un jodido. Y un sádico. ¡¡Sabelo!!

Quiero saber cuál será el desenlace de esto, pero quiero vivir el trayecto hasta el desenlace y, que en el camino, alguien me constate que seguí viviendo mientras me aventuré en el tiempo y ví el futuro.

¡¡¿Es eso tan dificil?!! ¡Al fin y al cabo sos Dios, carajo!

Ponete en mis pies un ratito... No me embolés, no me jodás... dame certeza, sólo eso te pido. Decíme, francamente, qué debo hacer y a dónde debo apostar mis pocas fuerzas y mi incierta fe...

Y no te hagás el boludo. Vos sabés que todo te lo digo de cariño, porque sos importante para mí. Pero sí, también te lo digo por ayudarte a ayudarme mejor!

Cuidate, que hay muchos jodedores de oficio por allí. Yo, la primera.
Te mando un abrazo. Y suavízamela con el barbudito ese del Pedro...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

=)
y de verdad tienes pelotas?
jajaja
es broma Lulú...
y ni te pregunto como estas por que se ve... indignada!
con ese Dios que no sabemos si existe pero al final de cuentas representa algo bueno en que creer...
un enorme abrazo y espero que pronto obtengas esa muestra de que estas haciendo las cosas bien...
pero sin violencia... ehhh!
;)

Unknown dijo...

me acordo de un escrito que hice algun tiempo checalo
http://humo-malsano.blogspot.com/2009/04/un-dia-que-jamas-existio_21.html

[ berna ] dijo...

Creo que recurrir a momentos como este en los que exiges algo como respuesta -asi sea simple- a la tonelada de preguntas que se tienen en la mente es siempre un recurso que usamos todos, desde los creyentes a los no creyentes. De alguna manera está latente, quizá en nuestras culturas o en nuestros genes, la posible existencia de una divinidad omnisciente y omnipotente. Creer o no creer no es a lo que me refiero, pero desahogos similares por lo menos aligeran un poco la carga de dudas que a ratos no permiten siquiera andar bien por la vida.
Si Dios escucha o no, no lo sé, ¿es Dios? no lo se, pero yo lo creo como un intento de que la propia energía se conecte con aquella "otra energía" a ver si así llega alguna señal de humo, luz, aviso, cartelito, pizarrita que te advierte "por aquí si" o "por aquí no".
¿Te apareció el avisito ya?
-si es así me pasas la chuleta!-
un besote, Lulucecita!