29 oct 2009

Que la re mil parió...

En este pedacito del cielo terreno donde me tocó vivir, nos gastamos una gerencia bárbara. Eficientísima como sólo hay una...

... por fortuna para todos los demás mortales de la tierra.

Se nos acabó la joda por decreto. "La gente" gasta mucha agua. A partir del 2 de noviembre de 2009 y, "en principio hasta marzo del 2010" (me aterran esas palabras en boca de esta gerencia, se los confieso) los caraqueños viviremos 2 días de racionamiento por semana. Sí, cada semanita.

Mi tema no es que no se hayan hecho inversiones para renovar las maquinarias de los embalses que surten el agua que consumimos en la capital. Tampoco es mi tema el daño ecológico que nos está afectando el clima y también nos escasea por ahí. Mi tema es esa gerencia que habla de "los gobiernos anteriores" para justificar su negligencia en el mantenimiento o reemplazo de las máquinas, sistemas de tuberías y sistemas de conexión para surtirnos de agua:
Tras diez años de gobierno, ¿quién diablos puede alegar que un gobierno anterior es el responsable de la negligencia gerencial? ¡¡DIEZ AÑOS!!

Allí es cuando yo digo que en un país serio, de esos evolucionados mentalmente, de aquellos que Casciari decía que eran adultos (y no adolescentes drogadictos o medio putones como mi país), al responsable del departamento de gestión de aguas y embalses por lo menos un proceso judicial le abrían. Pero acá, en este chiste de país, en esta puta drogadicta quinceañera que es mi país, no van a hacer nada a ningún funcionario público. La culpa es de la gente despilfarradora. Y de la lluvia, que o es muy necia o se olvidó de enviárnosla San Pedro.

Ahora, en vista de que al pez gordo nadie le va a hacer rendir cuentas, olvidémonos de la gestión pública. Volvamos a la base. Que no digan que no soy proactiva: pongámonos en los pies de uno del pueblo trabajador promedio. Me ofrezco para comentar mi caso:

Los lunes y martes, en mi pedacito del cielo terrestre no tendré agua. No, no tendré porque, por asuntos de trabajo, no estaré en casa en NINGÚN turno de los dos que implementará la junta de condominio para surtirnos de agua a los vecinos. Salgo muy temprano, antes del turno matutino propuesto. Y tras diez horas fuera de casa, trabajando corrido, llego luego de que se acabó el último turno hace más de una hora.

La culpa no es de nadie aquí. Es toda mía. ¿Quién me manda a trabajar más de 40 horas semanales para llegar, contando centavos, al final del mes?

Eso implica que no podré bañarme después del trabajo, preparar cenita o hacer almuerzo para el día siguiente, para comer en el trabajo.

Además, hube de invertir en algunos enseres que me resultarán muy útiles para redecorar mi casa: un par de tambores de veinte litros de capacidad que he dispuesto en mi, ahora sí, muy armónico bañito de tres metros por uno y medio. No me caben en la cocina, son inútiles en mi cuarto y en la sala… y me he visto obligada a meterlos en mi bañito. Pero no vieran lo divino que me quedó!! Si hasta tengo un zaguán perfectamente cómodo de setenta centímetros de ancho!! Mi contorno de caderas es de noventa y ocho centímetros... y el WC está al final, luego de los pipotes.

Nada de bañarse luego del trabajo. Nada de hacer cena. ¿Lavar platos?¡No te lo mereces! ¡Eres una despilfarradora!

Así de simple. Y por decreto presidencial. Que es decreto divino. Y no se discute más.

Pero, como no falta un pero, las cosas que pintaban feas pueden ponerse de mejor tono. ¡Es que siempre obtiene su castigo merecido los que son injustos e insensatos!
Y, nada más por eso, por insensatos e injustos, nos toca también un racionamiento eléctrico.

¿Y qué es eso?

Que según cierto esquema que alguien decidirá con su dedo, pasaremos 12 horas del día (del día seleccionado por ese dedo arrogante), sin luz.

Doce horas sin luz. Olvídense de los helados: qué hago con lo que me sobró de la comida de ayer? O, peor aún, ¿qué hago con mis deseos de cocinar por adelantado para tener la comida lista para los días en que me corten el agua? Esa, la comida que me voy a llevar para comérmela en el trabajo... que la mula come para poder trabajar!
Ergo, he de hacer tiempo del que no dispongo para recorrerme el supermercado 2 ó 3 veces por semana para comprar lo que me voy a comer en 2 ó 3 días... porque al séptimo, me descongelan la nevera a juro. Se me acabaron los empaques grandes para ahorrar al comprar y rendir el presupuesto. Se me acabaron los días en los que me como los sobraditos para no desperdiciar comida.

Y se nos viene una nueva moda: o muy gorditos o muy flaquitos.

Los habrá que, como yo, llegado el límite del píloro, el comer más sólo nos hace daño. Pero, como un día a la semana nos van a dejar sin nevera, tampoco podremos guardar lo poquito que nos sobró. Entonces, hasta que le cojamos el golpe, comeremos un poquito menos que antes, para que no sobre nada. De todas todas, nos pondremos en la línea. Yo no sé en qué línea, la de la anorexia será... porque en mi caso ya no se puede más línea.

¿Lo contrario? Que los habrá que para no botar la comida, la ingerirán "porque sí" y engordarán.

Eso en mi fértil imaginación ha bullido las últimas doce horas. Además de que el supermercado tendrá a bien exhibir o traer sólo los productos refrigerados o congelados más consumidos porque, a menos que tengan plantas generadores de electricidad, se les dañará la mercancía en las neveras y llegarán a la conclusión de sacar de los anaqueles los productos más caros y/o menos consumidos... y no sé, como soy tan rara, puede que mis gustos no sean los más populares.

Ahora bien, hace cosa de 2 horas revisé la bandeja de uno de mis correos. Descubro que alguien que me quiere me reenvía la información que a sus manos llegó: un correo donde en archivo PDF se encuentra anexa la Gaceta Oficial donde se publica una resolución del Ministerio de Cultura según la cual se declara patrimonio cultural a dos tercios y cuatro quintos de la ciudad de Caracas.

Y no habría nada de malo… si a esa resolución no la acompañara la prohibición de venta, donación, herencia, constitución de gravámenes (hipoteca, prenda, anticresis, etc.) de cualquier inmueble contemplado en la disposición. Así, en caso de querer vender, gravar, donar y lo que se le cante de las orejas con ese bien mueble, deberá esperarse a que sea PREVIAMENTE AUTORIZADO por el Instituto del Patrimonio Cultural. Por lo que los Registradores, notarios y jueces no podrán dar curso a documentos contentivos de estos actos (autenticar, registrar, decretar medidas), sin la previa autorización referida... y quien sabe que otros requisito.

En la mentada publicación oficial de esta resolución hay un listado en el que aparecen los sitios de la capital venezolana afectados por la medida.

Se las voy a poner fácil. Tres intentos. Pero seguro que no se equivocan en el primero... ¿adivinan qué inmueble resultó afectado por la medida?

Sí. Mi casa.

Vivo por venia del Ministerio de Cultura en mi casa. Y estoy maniatada en lo que respecta a cualquier cosa con ella.

Tengo agua por venia del decreto gubernamental que decidió que eran dos días y no tres de racionamiento de agua.

Tendré tanta comida como pueda comprar, si el tiempo me alcanza y el presupuesto no se me descuadra... por lucha propia. Que no tengo ningún ministerio que vele por mi bolsillo y mi lucha por ganarme el pan al final del mes.

Y, además, tendré bien presente que eso pasa cuando la gente es como yo: con ducha ahorradora de agua, con bombillos ahorradores de electricidad, con consciencia elevada del uso del papel, con sentido del reciclaje heredado del país que más recicla en la vieja y rancia Europa (Bélgica), con espíritu de clasificación de basura en un país donde eso es una rareza que no se ve ni se aplica, hippie, bohemia, acostumbrada a no usar secadora porque el aire seca eficientemente la ropa y un carro al que le hago mantenimiento regular, inflado consciente de neumáticos y reposición de aceite adecuadamente para reducir la emisión de CO2 al ambiente y que mataría por usar una bici en esta ciudad donde el peatón vale menos que una lata de soda vacía y un ciclista es menos que un peatón.

Al fin y al cabo, la gente despilfarradora, egoísta e insensata algún día se las ve cara a cara con la ley implacable y justa del empíreo divino....

... ese que declara que es culpa de la gente (y de la gestión anterior a la actual) y no de la gestión ineficiente y negligente de los últimos 10 años, lo que ha hecho que lleguemos a esta realidad.

¿Me lo explica alguien?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

no sé que decirte Lulú, el agua es vital para consumo diario, está super bien que se quiera ahorrar... pero la gerencia también entra en el rol de dias en los cuales se ahorrara agua y luz...?
no quiero echarle mas piedritas a tu higado pero te apuesto que ellos ni todos sus empleados están en dicho rol...

cuidate Lulú y si que te la pusieron dificil... pero eso te pasa por malvada e inconsiente
=D
abrazos

Lulu dijo...

Ana... Anita...
A ver, no soy "anti" las medidas de preservación del preciado líquido. De hecho, queda claro, me parece, que tengo una férrea consciencia de lo ecológico. El otro día saqué cuentas de mi consumo de CO2, siguiendo consejos de la National Geographic... y casi me muero de un susto! Gastamos poquito, pero juntos somos mucho CO2 para el planeta, los ecologistas como yo!

Entonces, fíjate que si por ahorrar fuera, soy de las que felíz se sumaría al asunto. El tema es que no tenemos agua por muchas razones... incluida, de primero, la gerencia incapaz.

La lluvia ha disminuido, sí, cierto. Pero no desaparecido. El tema de las máquinas viejas, obsoletas. El tema de las fugas y filtraciones en toda la red "macro"... que hace que se pierdan litros y galones de agua... Eso es lo grave. ¿Quién organiza los programas de revisión y mantenimiento? Por sólo mencionar eso. Sin hablar de quién da permisos para la reparación de las máquinas... y un sinfin de cositas más.

Y sí, el tema es que mi caso no es el mío... es el de los casi 7 millones de Caraqueños (y sus alrededores) que vivirán la medida...
...excepción hecha de los funcionarios públicos gordos gorditos y los ministerios.

Ya tengo mi horario de racionamiento de agua en casa y en el trabajo. No coinciden por ser sitios lejanos entre sí.

Y yo sé que el horario de luz de mi trabajo y mi casa no coincidirá con el horario de racionamiento de agua de mi trabajo ni de mi casa, respectivamente.

Ojalá no llegue a ser que ni coincidan entre ellos y termine con 5 días de penurias varias!

A eso voy, a ese punto voy...

Abrazos!

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Y yo me quejaba porque me quedé sin lúz una tarde...

Heavy ese Chávez...

Lulu dijo...

Miss You, not Crawford...:

Heavy? Groso...

El asunto es que nunca pensé hacer de mi blog un espacio para la política. Por eso el asunto lo menciono de pasadas, de ligerito, desde mi visual únicamente, sólo cuando la "aplastante realidad" me toma por sorpresa.

Bien decía Platón (si no me equivoco) que la política es nuestra vida. Nos moldea en lo geográfico, en lo social, y en lo económico.

Muchas, muchísimas razones me han hecho tomar distancia con mis rutinas de ver, leer y oir noticias pero, para desgracia mía y gloria eterna del filósofo romano, la política me toma de sorpresa siempre, por atajos impensables.

... y más en este país de chiste que, como bien decía tu compatriota Casciari (www.orsai.es), es una adolescente quinceañera putona, que coquetea con Cuba, Irán, Bolivia y toda esa pandillita de jíbaros malvivientes que tienen más o menos la edad del pavo.

Soy una vieja prematura en un país de chiste. De política prefiero no hablar en detalle porque mi blog no va de eso...

... pero yo soy de las implacables con las injusticias, de las que no soportan a lso mediocres, de las que detesta las pavadas administrativas con las que se comen un presupuesto de la nación 600% más que el año anterior mientras los hospitales se encuentran sin medicinas, se le regalan recursos del herario público a otros países, se dejan de hacer inversiones en la primera y única industria que nos mantiene medianamente funcionales a nivel económico, se vende a futuro la producción de las industrias básicas del país y se distribuye a manos llenas y por criterio personalista-paternalista-demagógico dinero a manos llenas a los más pobres: los pobres de criterio, visión y análisis.

Tras 6 meses en un experimento por saber qué pasaba si yo no veía tele, radio ni prensa, terminado el ciclo, vuelvo a retomar mis costumbres tras darme cuenta que no sólo no importa que yo me abstraiga, sino que perdí referencias sólidas con un montón de cosas que, obviamente, no me voy a dar a la tarea de analizar sino cuando me tropiece con sus consecuencias en un futuro.

Y he aprendido a hablar y vivir en mi país ocmo si fuera una extranjera: atada inexorablemente a la fulera decisión de sus ignorantes, inconscientes, incapaces, fanatizados, oportunistas, deleznables o resignados ciudadanos.

Soy una exilada mental en el país del que soy oriunda. Y esa realidad que han vivido tantos en tantos países antes de mí, nunca pensé que sería la realidad en la que nos encontráramos inmersos en este país bananero inofensivo que se dedicó a vivir medianamente bien siempre. Bastante medianamente....

... pero nunca tan mediocremente, afirmando ser tan excelentes!

Che, te lo dejo hasta acá... demasiada perorata mía.

Gustavo Puntila dijo...

Increíble, increíble y a la vez al extremo triste...

Preocupante también porque no se ve una solución a corto plazo de la situación venezolana. Y es que no me puedo poner a decir cosas como qué pasó con los estudiantes y sus llamativas revoluciones, qué paso con los burócratas y oligarcas (dieron el brazo a torcer tan fácilmente frente al tirano payaso y su séquito circense?), qué pasó con el pueblo (se conforman con que solo les den el pan y la leche diaria sin mover un solo dedo y dejar pasar de lado los cortes de luz y agua con excusas vulgares?), qué pasó con la democracia cuando una oposición es perseguida y exiliada...

Ah, mejor no sigo querida... Creo que la única forma para afrontar todas las desgracias que el pueblo venezolano está sufriendo es usar una ironía deliciosa tal como tú lo haces encantadoramente en tus escritos.

Esperemos que no salga un decreto prohibitivo de libre expresión bloguera...

Y con respecto al Ministerio de Cultura y sus fanfarrones resoluciones, no quiero imaginarme cómo está el patrimonio artístico escultórico de Caracas, enviado por las grandes capitales latinoamericanas. Existirá aún? Ojalá... no quiero saber que los paneles de Calder que creo adornan el techo de un monumental auditorio, no los hayan utilizado como mesas para algún despacho ministerial bolivariano revolucionario socialista chaveniano.

Un abrazo Lulú querida y ya sabes que refugio lo tienes siempre acá en mi humilde morada bogotana.