Te amo-te odio, del sadismo y otros demonios...

Dos amigas atraviesan la calle por el paso peatonal.
Después de que 5 carros les pasaran por delante y ninguno les diera paso, una de ellas bajó de la acera, puso un pie en el paso peatonal e hizo un gesto de "alto" con la mano al carro que venía, ya casi detenido, al paso de peatones.
La otra amiga le dice a la del gesto:

-¿Sabes qué me ensoberbece cuando manejo?
-¿Ah? ¿Qué es eso de "ensoberbecer"?
- (Ah!! Paciencia, respira, inhala, exhala. Gracias Buddah por el don de la paciencia... infinita.) Ensoberbecer. Sinónimo de molestar mal, arrechar, hacer que se le crucen los apellidos a uno, hinchar o freirle las pelotas a uno, hacer rabiar.
-Aaaaah! Tú y tus palabras rebuscadas, mijita...
-(Ahm! Respira... NO la mates...) ¿Has oido del "color" del discurso?
-!¿Qué?¡
-No, olvídalo... pendejeras mías... Pero, al punto anterior, ¿sabes que me ensoberbece cuando manejo y sale un peatón a ponerme la mano así, como hiciste tú, para que me pare cuando estoy ya casi frenada?
-Bueno, pero los muy hijo de putas no se paran!
-Ni todos los conductores son hijos de puta ni todos los que llevan un volante en las manos son benignos. ¿Qué si les diera por hacer lo que a mí me provoca hacer en esos casos?
-¿Qué cosa?
-¡Acelerar de repente y que corra el peatón!
-Ay! Mijita! Qué sádica!!
-Ajá! Pero yo sería como tú eres cuando le quitas el juguete a Toto (su perro) de la boca y te mueres de la risa mientras él brinca y te llora para que se lo devuelvas...
- .... No es lo mismo (evidentemente molesta)
-Sí lo es. El hecho es que yo me reprimo las ganas viscerales de hacerlo. Tú no.
-Es distinto...
-Bueno, en todo caso, cuando te toque volver a cruzar una calle conmigo, por favor, no saques la mano así. Si acaso al volante fuera uno como tú, me va a tocar correr por mi vida.
-(indignada)¡Ay! ¡Perdón, pues! ¡No sabía que te ofendiera eso!
-El tema no es que me ofenda. Sí me molesta el gesto. Pero no sé qué día salga uno al que se le saltó la ficha y se le da por pisar el acelerador. Allí se acabó el show... Te digo todo esto por tu cuidado. Nada más.
-(Más indignada) Bueno, pero no tenías que decirme sádica, ¡¿no?!
-No, tu me lo dijiste a mí y yo lo acepté. Te dije que tú tenías ese defecto también y como que no te gustó. Si eres mi amiga es porque nos parecemos, ¿no?

A veces, a los amigos, hay que quererlos más que a uno mismo... Me dió por pensar que por eso fue que hoy no cometí homicidio.

Pero ¿por qué seremos tan impacientes con nosotros, nos exigimos tanto, nos juzgamos tanto y nos damos tan poco si siempre le damos 2 ó 3 respiraciones antes de responderle al prójimo, al que consideramos un amigo? Me pregunto si es que, acaso, nos olvidamos de que somos nuestros primeros amigos... bonitos o feos, buenos o malos.

Y susceptibles de ser mejorados y aprender, pero siempre paso a paso, siempre a nuestro ritmo.