28 abr 2009

Una mujer de muchos perfumes...

Para oir con Lullaby (inspirada en una pieza de Pachelbel). Bond

A ratos era niña.
A ratos era mujer.
A ratos, siendo mujer, era sutil e imperceptible, como agua de lluvia. A ratos era penetrante e incisiva, como una ráfaga de aceite de limón. A ratos era complejamente elegante, como la curiosa mezcla del perfume de las rosas con el anís estrellado. A ratos era empalagosamente lujuriosa, como cuando el chocolate se te derrite lentamente en la boca y, a pesar de que el dulce no es lo que te interesa, te hace querer más.

A ratos, siendo niña, era mimosa y sutil y se perfumaba de flores silvestres. A ratos era pícara y producía cosquillas mientras endulzaba todo lo que tocaba: su sabor era entonces el de las fresas con champagne. A ratos era simplemente caprichosa y juguetona, como el olor de un ramillete de flores en una tarde de lluvia o el perfume del almizcle más masculino entremezclado con la penetrante dulzura de las flores más exóticas.

Era una mujer de muchos perfumes. Una mujer de muchos sabores. Una mujer de muchas miradas y algunos esquemas. Una mujer de complejas ideas que bullían desordenadamente en su lacia cabellera. Una mujer de mirada tranquila pero con chispas de vida. Una mujer de piel de alabastro y voz de campanas de carrillón...

Pero era una sola mujer. Un caleidoscopio de muchos perfumes... completa y entera a pesar de sus muchos pedacitos.

2 comentarios:

Potter dijo...

Hola Lulucita

Genial, de hecho he impreso algunas copias (correctamente acreditadas a tu autoria y link) para las secretarias de la oficina, siempre en las mañanas les digo: Esta oficina parece un laboratorio de perfumes frances!

Las he impreso y se las dejé en cada escritorio!


Un abrazo

Lulu dijo...

Ay! Potter!! Por Dios!!! Qué lindo tú!!!

No tanto porque les has distribuido a las chicas de la oficina el post mío debidamente impreso... sino que has tenido la lindura de hacerlo con las normas básicas del derecho de autor.

Y prepárate... quién quita si la que hasta ahora era la secretaria con el perfume más penetrante pasa a descubrir que un suave cosquilleo de naranjas y limones le va bien para su lado despreocupado y coqueto... Quizás ahora el laboratorio se transofrme en un curioso café parisino1 ;)

Un abrazote enorme, mi lindo!!!