8 ago 2011

Las mil y una yo...

Todas las letras.
Todos los colores.
Todas las palabras.
Toda la luz.

La dueña de todo eso.La bailarina de todo eso. La que se vale de todo eso soberbiamente. Mi hada de luz. Mi hada multicolor. La dueña de todas las palabras. La que puede describir hasta el aire. Lu-luciérnaga. Mi reina de colores. Lulucecita. La lucecita. Quien regala luz. La niña-flor. La mujer-flor. La que es un girasol. Muñequita. Muñequita colorida. Muñequita luminosa. Angel de luz. angelito de colores...

Así me llaman unos, otros. Los que me conocen, los que me quieren. Todos. De México hasta a Argentina. De orígenes muchos. De pasados diversos. De experiencias muy individuales y absolutamente inconexas. Ajenos a éstos, los que son unos. Ajenos a los unos, éstos que son otros.

Tienen en común que me asocian con flores amarillas y perfumadas. O con seres mágicos o míticamente esquivos a los sentidos. O me llaman de maneras que siempre destilan ternura, amor, alegría, infancia, pureza.

Y yo sigo pensando que no estoy ni remotamente cerca de ser un "ser luminoso", que aún tengo mucho que aprender...

... pero creo que ellos tienen razón. Han de tenerla! No soy quién para contravenirles los conceptos. Además, si no tuvieran razón, no coincidirían al ponerme todos esos apodos tan lindos. Que son, a la vez, tan suyos, de cada uno de ellos.

Pero, finalmente, como buena terca, creo que yo también tengo un poco de razón: he de crecer más y así aumentar mi caudal de luz.

A días de mi cumpleaños, un amigo que bien describe cómo nos encontramos en esta red sin bordes, me hace reflexionar sobre quién soy, qué peso tengo en la vida de la gente que interactúa conmigo día a día. Y él, solito, sin más recurso que su prosa sincera, me hace creer firmemente que ellos, los unos y los otros, tienen más razón que yo: algo bueno he de estar haciendo... y yo no lo sé.

Y aunque suene arrogante: lo más bonito de todo es que no tengo que saber qué estoy haciendo para seguir produciendo ese efecto mágico en la vida de los que me quieren.

Creo que empiezo a ver cuál es una de mis misiones en esta vida... tendría que saber cómo definirlo pero, mágicamente, hoy no tengo palabras para hacerlo.

Gracias, Traro, por existir!

5 comentarios:

3rn3st0 dijo...

Que de razones tiene Traro y que bueno que aceptes esas razones. Si, eres una pequeña hadita multicolor, una preciosa alma que vuela de un lado a otro regalando alegrías, risas y espiritualidad a quienes tenemos la dicha de conocerte.

No cambies nunca, sigue creciendo, como dices, para que haya mucha más gente tocada por tu magia, esa que alegra corazones, ilumina rostros y hace feliz a muchos.

J.T.A. :-)

Traro dijo...

Me siento honrado.

Como si me hubieras puesto una veladora o algo por el estilo.

Te quiro muchotote Lulú

Xabo Martínez dijo...

Es parte del vivir el ir aprendiendo, co-existiendo, y tu lo haces como apuntan los amigos: lu-minosamente.

Gracias por compartir!!!!


Abrazotes!!!!!!!!!!!!

[ berna ] dijo...

Eres una Luluciérnaga porque vuelas y tienes Lulucecita propia! llegaste, poco nos vemos, pero estamos...y eso me encanta. Yo sigo confiada en que nadie ni nada llega a nuestras vidas por casualidad!
Sigue ilu-luminando!
:)

Anónimo dijo...

Hace un tiempo entre al blog de Traro y me sentí profundamente identificadas con las palabras que pone ahí. Recuerdo que le puse un largo comentario al respecto y que iba a estar pasando seguido, pase luego y me encontré otro escrito maravilloso, cuando quise pasar hoy, su blog había sido eliminado y me entro una pena terrible!...... perdimos otro hijo de Lulú.... nuestra madre en letras!

Alegrias :)

Daniela