1 sept 2010

Autorretrato de una época desconocida



Me sucede a veces en otras áreas artísticas con las que oso atreverme, lo que con la escritura: me siento a disertar sobre un tema con una idea bastante definida y hecha en mi mente y, al terminar de escribir, me doy cuenta que hablé de otra cosa usando a mi tema "definido" como introducción, o que abordé ese tema desde una manera que me desconocía.

Acá venía a pintar una especie de diosa protectora, de manto verde y traje del mismo color. De manos abiertas. Una diosa dadora de vida, como Ceres, como la Pemona de la tradición druida...
... y, en cambio, salió esta señorita. De serenidad grande.

Quizás fuera el reflejo inconsciente de aquella vida donde mis cabellos largos y rojizos se recogían en lo alto de mi cabeza, usaba zapatos de cabritilla, vestía con una tela parecida al terciopelo y vivía en un castillo donde yo no era la señora sino la compañera de juegos y cuitas de la niña del castillo.

Un retrato, quizás, de la época donde nos perdimos.

1 comentario:

Oz Vega dijo...


Estos retratos siempre son los que se ven mas hermosos... los reales!
jejjeej
besitos

OZ【ツ】