6 may 2010

Carta a tí que me dejaste aquí. Carta 4

Te quiero sacar a empellones de mi vida, mierda, y cada vez que lo intento, se me sale por los lados el sentir que aún te temo.

Temo que te me aparezcas materializado en "la próxima vez"...

Te escribo al borde de las horas. Con el borde de los párpados ardiéndome y molestándome. Con el cuerpo brotado de escamas y mi patética recuperación mellada.

Sí, mellada. Cada vez que viene a mí la ocasión de cortar con todo el pasado, con todo loq ue tú representaste, con todo lo que nos representamos en mi mente, zafo. Me amello. Me trabo. Me desaparezco.

Antes de qu eme alcancen, ya me he ido.

Me he vuelto la rebelde potranca del establo. Soy altiva, orgullosa, sé lo que valgo. Pero por la soberbia de mi primer jinete, que me maltrató, ahora deambulo por el corral a mis anchas y mis bríos, sin encontrar jinete que me dé la vuelta y de a pocos no sólo me eche la soga al cuello sino que me monte la silla.

Sí, soy una inquieta potranca de gran alzada, de fino linaje, de bellas crines, de claros ojos y enormes miedos. No sólo al fuego, no sólo a los perros en jauría, también al hombre que se aparece con un lazo, con una brida, con una silla. A cualquiera.

Y cada vez que creo que te he sacado de mi lista de miedos, te vuelves a manifestar.

Cada vez de forma más sutil, de formas más menudas. Pero te vuelves a manifestar.

Ahora te volviste escamas en mi piel. Mierda! Escamas. Como si fuera un animal con branquias!

Te escribo al borde de las horas y desde el centro de mi desesperación: enséñame el camino para deslastrarme de tí, carajo!

Porque sí, porque quiero vivir sin tanto peso. Porque me merezco ser otra vez el centro de atención para un jinete que se ilusione, que sienta que me merece, y que se ocupe de cuidarme, acicalarme, y alimentarme. Quiero ser parte grande de las felicidades de su vida y que él sea una de las grandes felicidades de la mía.

Y no puedo por tu peso, por tus indiferencias, por tus sonrisas, por tus abrazos, por tus cejas, por tu fragilidad para tantas cosas, por tu ira para con tantas otras, por tus ojos y tu desprecio.

Te aprecio por lo que no te odio. Te detesto por lo que nunca pensé que fueras. Te admiro por la simpleza con que horadaste tan profundamente en mi ser...

... y debería sorprenderme de conservarte, aún, tan dentro de mí.

Sé, oh genio de la lámpara, que sólo yo puedo liberarte. Ya probé con el arte, como Aladino con el trozo de tela. Ya probé con terapeutas, como otros probarón con los golpes a la lámpara de aceite. Pruebo con la escritura a ver si así, genio de todos mis pesares, sales de la lámpara y libre de toda condena te vas. Porque el único deseo que te voy a pedir será ese.

Tan pronto puedas, tan pronto quieras, hazme saber cómo sacarte d emi vida de una buena vez...

7 comentarios:

Unknown dijo...

por ahi escuche una vez cuando me despertaba en medio de la misa
"dejad que los muertos entierren a sus muertos.....y tu que estas vivo seguidme¡"
creo lo dijo jesus
¿y tu?
¿estas muerta o viva ?

Lulu dijo...

Eduardito:

Tu también eras d elos qu ete dormías en las misas? A mí no me dejaban las monjas de mi escuelita. Me castigaban si lo hacía. Así que nos entreteníamos entre varias, viéndonos las pulseritas nuevas, o pasándonos algún chisme entre manos para no dormirnos... y discretamente, porque si nos pillaban las monjas viendo otra cosa y no prestándole intensa atención a la misa, nos castigaban también!

¿Yo? Estoy viva. Nunca creí estar más viva que ahora. Enterrando un muerto, eso sí. Y nunca mejor dicho!

Abrazote grande para tí!

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Tengo cien mil cansancios, pero lo suficientemente cuerda para renegar por esto.

La maldita dependencia a las experiencias.
Uno queda estancado, y me da bronca, me da mucha bronca.

Hijo de perra.

Lulu dijo...

Miss You...

Tan linda! Gracias por sacar fuerza de entre los cansancios...

Alguien me dijo una vez, hace no mucho, que el corazón y el cerebro son como la computadora: uno recurre a la vieja información. Está allí, en el disco duro, almacenada.

Habría que resetearlo para meterle información nueva.

Claro, pero el reseteo toma un tiempito. En esas ando. Viendo cómo reseteo. Estoy borrándome el sistema... pero tengo que conservar algunos archivos. Esos que me harán sabia, no temerosa.

Ando en eso, boludita mía, ando en eso...

Te quiero un montón.

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Si tan sólo pudiesemos aplicar el famoso ctrl z, eh??

Carajo...

[ berna ] dijo...

He leído esta carta ya como seis veces, con el plan de comentarte algo, y resulta que siempre termino de leerla con un valor nulo de hacerlo.
Aun no lo tengo, aun busco en alguna parte qué responder ante algo que es un reflejo. Tal como cuando alguien te dice las verdades crudas y desalmadas que no duelen sino que te inyecta la realidad sin anestesia.

**suspiro**

...no comments...

Lulu dijo...

Miss You, never the Crawford:
Ah! Sí, o la de ctrl+alt+del! Jajajajajajajajajaja...

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Berna:

¿Y crees tú que no comentaste? ¿Crees que la reflexión que te lanzaste no es comentario alguno?
Hija mía, te has desnudado en el comentario y me siento que asistí a la confesión de un feligrés genuinamente arrepentido y culposo...
... Te absuelvo de todas tus culpas. Yo sientoe qu eno deberías sentir ninguna y si yo pudiera ayudarte a eso, mira, te las absuelvo de una, ya!