5 mar 2010

Haiti y Chile

Se nos vino el mundo abajo a algunos de sólo imaginarnos el caos, y lo dantesco, que dejó como panorama el terremoto que sacudió a Haiti. El pensar en la confusión y el miedo de los pobladores de la isla viendo su nuevo mundo... redecorado por las fuerzas de una Tierra, una Gaia que nos está rechazando como especie parásita que somos.

Pensé en colegas con familia allá. Mi país, por estar cerca de Haiti, tiene muchísimos ciudadanos de allá que viven acá para hacerse un mejor futuro, estudiar mejor, progresar más. Así, algunos colegas míos son haitianos.

Y apenas estábamos empezando a organizarnos para ayudar a los más necesitados en Haití cuando la madre tierra volvió a sacudirnos. Esta vez nos cacheteó desde Chile. Y borró poblados enteros a baldazos de agua y sacudones de tierra.

Con horror recordé a mis dos amigos que allá viven: uno en Concepción y otro en Santiago. El segundo, con la hija mayor (de 13 años) de vacaciones con las tías y la abuela en Pelluhue... el primero, con bebito recién nacido.

... Están bien todos. Mis colegas y sus familias en Haiti y mis amigos y sus tías, abuela, hija, bebé y demás familiares en Chile. El asunto les afectó profundamente a nivel de estabilidad emocional, no de bienestar doméstico salvo algunos trastes rotos. Y Chile nos dió un ejemplo de arquitectura bien pensada y legislación urbanística respetada. Son admirables. ¡A mí se me hacen los japoneses latinoamericanos!

A los demás, el terremoto en Chile nos dejó el eje de la tierra movido. Y existe la amenaza de temblores en cualquier otro sitio del continente por ese fenómeno más el desajuste de las placas tectónicas. Y seguimos viendo a los hermanos más pobres, los haitianos, debatirse entre problemas de adopción, redes de tratas de blancas, de pedofília, hambre, desesperación, ganas de vivir, orfandad y demás.

Pero siempre hay maneras de ayudar: se han organizado centros de acopio, la cruz roja sigue enviando suministros y voluntarios, hay cuentas bancarias dispuestas para ayudar a un país y otro...

... y ahora los artistas se sumaron para que todos podamos, con un click nada más, ayudar a Haiti.

¿Se acuerdan de la canción "We are the world" que compuso Lionel Ritchie junto con Michael Jackson para ayudar a luchar contra el hambre en Africa en 1985?

Veinticinco años después, Lionel Ritchie tuvo la ocasión de hacer una "nueva versión" con veinticinco artistas estadounidenses para hacer, de la misma canción, un himno de esperanza para Haiti. Ajá... así de bonito suena todo el grupo de nuevos cantantes y, para donar, lo pueden hacer en el botoncito azul que van a ver del lado derecho de la pantalla, en el recuadro que presenta el perfil del que publicó el video. La oigo y se me pone la piel de gallina...

Ah! Pero, Lulú... ¿por qué siempre son los artistas gringos los que hacen algo? Por qué no nos hemos puesto de acuerdo como continente vecino para ayudar a los chilenos y haitianos nosotros? Noooooo... nada de eso... si supieran la BELLEZA que nos regalaron los 81 artistas latinoamericanos que se unieron para cantarla en español, con el mismo fin, con la misma intención, con Ritchie metido en la producción. ¿Verdad que es hermoso? Se me volvió a poner la piel de gallina...

Ah! Pero a los que las cursilerías de esta canción les pone la cabeza cuadrada... se acuerdan de esa bellísima canción de REM que se llama "Everybody hurts"? Pues REM renunció a sus regalías para donarlas a Haiti y cedieron el tema para que otros cantantes TAMBIÉN hicieran con esa canción un himno para los que hoy vemos debatirse entre la vida y la muerte y la pobreza y la esperanza en Haiti y salió "Everybody hurts for Haiti"

Y se me sigue poniendo la piel de gallina...

Toda esta palabrería que he escrito hasta ahora NO es sólo para ponerlos a oir cosas lindas... sino para que ayuden. Están a un click en itunes.com de hacer algo por ellos. Bien en español, bien en inglés. Bien "we are the world" o "Everybody hurts". O las tres. Y si la generosidad les da para más, pueden donar más porque todos los sitios les explican cómo donar más para ayudar.

El dinero se distribuirá en comida, insumos y esfuerzos de reconstrucción.
Y antes que alguno salga a decirme que soy una ilusa de mierda que no sabe que siempre hay una mano peluda cogiendo dinero que no le pertenece, les voy a decir que sí, que sí lo sé, qu epuede haberlos. Pero que me gusta creer qu ela mayor parte de todo lo recaudado se usará, efectivamente, para ayudar a los que más lo necesitan ahora.

Ya lo saben. Yo no lo digo más. No hay excusas para no hacer algo al respecto. Ahora sí, ¡todos podemos ayudar!

Excepto yo porque mi tarjeta del cupo de dólares asignado por el gobierno de mi país no me ha sido asignada y no puedo usarla... y no tengo acceso al cupo de dólares que como venezolana debo mendigar a mi gobierno aunque me corresponda por derecho constitucional consagrado en la carta jurídica suprema de mi país.

Pero, como diría mi abuela: uno hace lo que puede. Y pude hacer algo moviéndoles las conciencias a ustedes. Algo es algo, ¿verdad?

4 comentarios:

Potter dijo...

Ay Lulú

Hoy es sábado, y son las 10.27 am… y me tenés llorando como un webon!!! Pues no sabía de la versión Everybody Hurts que les ha quedado impecable, las imágenes son desgarradoras.
No te voy a perdonar estas lágrimas, que generan tanta desolación. Y es que cuando somos los humanos quienes cometen atrocidades contra otros hermanos pues la sensación es un colmado de rabia, desesperación y odio… pero cuando nuestra madre tierra nos castiga uno simplemente se siente… solo, pequeño e indefenso…

Muy lindo post…

=(

marichuy dijo...

Ay Mademoiselle Lulú

Qué le puedo decir a usted. Mi país ha vivido terremotos y huracanes devastadores; acá sabemos lo que es resentir el embate de la Madre Naturaleza, la furia de la tierra o el ímpetu del mar. Y también, la impotencia que sentimos cuando vemos, que, las más de las veces, son los más desfavorecidos económica y socialmente, quienes sufren los peores daños.

Lo que si podría decir, porque también lo he vivido, es que situaciones extremas como la ocurrida, primero en Haití y luego en Chile, sirven para sacar lo mejor y lo peor de los seres humanos; nos permiten mostrar nuestro verdadero espíritu. Y al menos en estos dos casos, parece que ha sido lo más valioso lo que ha salido a flote.
Acá, cuando lo de Haití, hubo mucha movilización, no sólo la ayuda oficial que el gobierno mexicano (merced a nuestros impuestos) envió, sino el apoyo de la sociedad, el pueblo. A mí, en el Centro de Acopio de la UNAM, me conmovió mucho ver cómo llegaba gente bien humilde, a donar dos kilos de arroz y una lata de leche Nido, por ejemplo; los que menos tienen solidarizándose con los pobres de Haití.

Esperemos que ahora que los hermanos chilenos nos necesitan, la ayuda y la solidaridad sigan fluyendo.

Le dejo un saludo cálido

Lulu dijo...

Mi Potter... my Sweetie Pie...

Mi corazón de Lulo, NO ME PERDONE NADA! Sólo colabore con ellos...

Si supieras LA GRAN moqueada que me lancé, viendo los videos con mi mamá... que le mostré el post y los videos (y en su máquina se cargan a la velocidad de la justicia del pobre...). Lloré lo que no había llorado mientras escribía o cuando ví el video las primeras 4 veces.

Y me parece bueno que nos sintamos solos, indefensos y pequeños... pues hemos dejado sola a nuestra madre, la tierra que, indefensa como es, hemos atacado una y otra y otra vez... y que seguimos atacando. Somos pequeños pero nocivos como un virus de la influenza o algo peor.

Va siendo hora que nos demos cuenta que arrancar una flor puede perturbar una estrella...

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Mademoiselle Marichuy!!!

Su país, como el mío, ha visto de muy cerca las bondades y las furias de una naturaleza que arrancó un poblado entero a punta de mera lluvia (por sólo poner un caso, el del año 1999 acá en La Guaira), que separó familias, destruyó hogares, reunió gente que nunca se pensó en situación alguna de riesgo y nos hizo a todos más humanos y humildes... pues el dolor ajeno puede tener el maravilloso efecto de hacernos proyectarnos en sus vidas y hacer por otros lo que quisiéramos que otros, alguna vez, hicieran por nosotros en una condición parecida.

Coincido con usted, mi estimada señorita, en lo de que suelen ser los pobres los que más ayudan a los caidos en desgracia. Así como los ingleses del norte son más cálidos y amables que los del sur. O los suecos y fineses o daneses son más dados a atender con amabilidad a los que sus casas o sus países llegan, y no así sus vecinos más al sur: sus vidas, llenas de condiciones adversas, los ha hecho adquirir una sensibilidad por el otro, un "querer hacer" por el otro... que sobrepasa las expectativas de todos los clichés mentales que tengamos o nos hayan hecho creer...

La ayuda, para los hermanos de Chile, no ha dejado de llover: www.caritas.cl es una de las asociaciones que recauda fondos para distribuirlos entre las víctimas. www.chileayudachile.cl también. Y LG, para el teletón por Chile hizo una campaña en facebook y, por cada persona que se hizo fan de LG, donaron $100. Se movió tanta gente (además que como compañía pusieron más...) que recaudaron $40.000.000 y donaron $60.000.000 más. Y han hecho carpas e inatlaciones para ayudar a los que, aún, están sin casa.

Soy una ilusa, como usted... y me ilusiona cuando lo mejor de los humanos sale a relucir en medio de estas catástrofes. Por algún lado, alguna vocecita, me dice que algo bueno nos queda en este mundo..

Le dejo un saludo fuerte, grande y apretado...

[ berna ] dijo...

Una amiga trabaja en una organización dependiente del INAM y me cuenta esto:
Le dieron una charla a un número de niños acerca del terremoto en Hiatí con el fin de informarlos y llevarlos a entradas de supermercados como una acción social para incentivar a las personas a comprar productos para ayudar a Haiti.
Las respuestas son variadas, pero de lo que me contó mi amiga recuerdo especialmente dos.

Primera:
- Señora por favor colabore con Haití comprando algo de comida.
- ¿y para qué? no voy a colaborar con nada si aqui estamos peor que en Haití!!
- Señora, en Haití no hay central madeirense.

Segunda:
- Señor, por favor, colabore con alguna comida o agua para las personas de Haiti.
- esta bien, pero dime por qué habría yo de comprar algo para esa gente?
- señor, porque en el año 99 ellos nos ayudaron a nosotros cuando hubo la tragedia en La Guaira, ahora nos toca a nosotros ayudarlos a ellos.

8 y 10 años respectivamente...
luego de escuchar aquello queria llorar, y la verdad no dan mas ganas que de ayudar.
Si, hay que hacerlo.