7 feb 2010

Ella, la loca

Lo que ella llamaba cordura, la poca que le quedaba, se le iba en mechones largos, lacios, rubios, que se escapaban por su cabeza. Vestida de neutralidad, sentada en el jardín, veía la tarde pasar rodeada de un olor de jazmin que hacía ronronear de felicidad al gato que, en sus piernas, dormía la vida mientras era acariciado por sus manos ausentes, rebosantes de salud y nervios y vacías de ideas, mientras tejía mundos posibles que serían suspendidos luego, usando esos mechones de cordura que se escapan de su cabeza, en el cuarto que le habían asignado y donde, con sus cosas queridas, esperaba que vinieran de visita de dos en dos y una vez por semana todos aquellos que nunca entendieron cuánto amor hizo falta para sacarla de esta locura de la vida mundana y llevarla al plano de las almas que todo aceptan con gracia y templanza y contemplan la vida con infinita sabiduría y calma.

11 comentarios:

Potter dijo...

Hummm La locura.

¿A veces no has pensado en lo interesante que puede llegar a ser la locura?
Digo, porque a veces los estados ausentes e inmersos en una realidad paralela donde las nimiedades son los mayores y más relevantes eventos del día: una suave caricia del viento, una esquizoide voz susurrante y un gato feliz dormido en tus piernas.

Un abrazo Lulucita, pero tenía una pregunta adicional… Aquello del robo del carro no quedó escrito en un jocoso post?

Lulu dijo...

Mi Potter querido:

Cómo no, corazón! Claro que he pensado en lo interesante que ha de ser (y es) la locura. De hecho, este post es una especie de nostálgica visión de un mundo que nosotros consideramos absurdos, por estar en este absurdo plano. Pero, si estuviéramos en el otro, el de la locura, nuestros sentidos, percepciones y sensaciones cobrarían una importancia capital, veríamos el mundo de otra forma, gestionaríamos muy poco de lo que ahora nos aprece relevante...

Hay grados y grados de locura. Formas y síndromes diferentes que comportan algún tipo de locura, en mayor o menor grado. Y todos son asuntos que sabe tratar mejor la psicología y la psiquiatría, no yo. Pero a ratos, sí creo que soy un poco como la loca de la historia...

... y me siento a acariciar a mi gato, y tejo mundos posibles a través de los libros, y me siento en mi cama (que está en un palacio imaginario) a acariciar a mi gato que, sin chistar, se deja hacer de todo porque le gusta que mis manos lo acaricien llenas de él, vacías de mis propias ideas.

Y no, lo del carro no quedó en ninguna "jocosa" aneda. Podría ponerla. Pero hoy, igual, no ando de humor negro... Pero me diste una muy buena idea! :D

Te dejo un besote enooooorme, mi corazón de centauro!

Potter dijo...

Gracias pór tu diligente y profusa respuesta... sin embargo es foto no concuerda con la imágen que tenía del momento de cordura esquiva...

Un Abrazo

Lulu dijo...

Mi Potter de colores:
De nada, loquito mío...

Y sí, a mí tampoco me gustó mucho la imagen. Así que, en vista de que no me convence y a tí te transformó la escena... la voy a retirar ;)

Patri S. dijo...

Entro y leo en título de tu nuevo post. Ah si, estoy en el lugar correcto, sin temor a equivocarme.

Gané un premio.. TARARARATAAAN... Y, eres una de mis nominadas, pues imaginación de antemano ni te falta! Así que pasa a recoger el premio y las instrucciones.

Muchos besos y abrazos.

RMR dijo...

Eso es muy duro :o pero me gusta tu blog aún :)

Anónimo dijo...

sabias que sin locura no hay amor Lulú?
a lo mejor nada que ver con tu post, pero ando en mis dias de locura...
solo me falta el gato...

:S
mejor un perro...
abrazos de orate
=)

Lulu dijo...

Patri S:
Jajajaja... sí, este es el manicomio catártico de mis letras. Estáss en lo cierto, creo.
Pasé por tu blog, ví el premio... pero ando de pocas luces últimamente. Con las pilas bajas. En estos días me ocupo diligentemente de ponerme a hacer la tarea que acompaña al premio.

Besos!

RMR: Ah! No te había visto antes por mi blog! Me alegra haber descubierto tu bitácora... y saberte lector. ¿En serio te pareció muy duro? A mí me pareció de un ingenuo... una chica que terminó en loca por amor. Pero la locura, a mí, no me parece mala... sólo un "estado alternativo" de la mente. No todas son inofensivas, la de la protagonista del relato es de esas que mantiene a la gente ocmo ausente, como ida, apaciguada permanentemente... ¿Sabes a loq ue me refiero?

Me inspeccionaré con más calma tus letras... Saludos y bienvenido de nuevo!

Anita:
No sé si no hay amor sin locura... pero la locura, en mi visión,siempre es por culpa del amor. Amor a algo, a alguien... a rituales, a cosas o a seres.

Sí, tiene mucho que ver con mi post. Y no sé qué te pase en tus días de locura... si son así de intimistas, me gustan mucho!:D

Te gustan más los perros que los gatos? Pero, sin embargo, está visto que no hay nada más "relajante" que acariciar a un gato. Calma los nervios. Por eso tiene gatos, y no perros, en los hospitales psiquiátricos.

Abrazos de sol a tí!:D

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Y... todos tenemos un poco de locura implementada en la sangre.
Sino sería demasiado aburrido.

Pero creo que en esa medida está bien, así se la disfruta más.
Nada en exceso puede llegar a ser bueno.

Y en este caso, una completa locura quizá sería un exceso para el mundo de los cuerdos, no?

Te quiero, Lu.

(casi se me escapa la "a" en ese Lu, jajaja)

Unknown dijo...

a lo que yo llamo cordura los demas lo conocen como ignominia

Lulu dijo...

Miss Cin, never the Crawford:
Oh! "De poetas, pintores y locos, todos tenemos un poco", reza el dicho. Y lo creo firmemente!

"La vida, a lo loco, se vive mejor", diría mi difunta abuela. Y también le creo firmemente!

Así que, qué quieres que te diga? Creo que es un exceso pero es una "opción" válida para muchas personas... que ya no les importa ser o no ser "personas" en este mundo ;)

Te quiero mucho, mi Cin!:D

Eduardo Malsano:
Ignominia? Una afrenta pública? En serio? Curiosa tu visión... no me parece descabellada pero estaría bueno comentarla!

A mí, la locura se me hace tan cercana a la perfecta templanza... en algunos casos. En otras ocasiones, es el reflejo más exacto del miedo y la ansiedad.