"Se murió uno que estaba vivo"
Así dictaminó, con indiferencia, el taxista que me traía de vuelta a casa luego de un día, francamente, agotador.
Nada más subirme a su vehículo, encendió el reproductor de CD's, Bob Marley incluido, y se lanzó al asfalto caraqueño. Se comió
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