10 may 2009

Explotación y silogismos

Diría Jack el Destripador: vamos por partes.

Amanezco hoy con las pilas cargadas y llena de trabajo. Me pongo a trabajar en 3 cosas. Mientras, prendo la computadora para que se cargue y se estire. Abro el navegador de internet y me consigo con un artículo: World's Happiest Places. Lanzado por la revista Forbes.

Resulta que es un estudio sobre los países más felices del mundo. Tres países encabezan la lista: Dinamarca, Finlandia y Holanda. En ese orden de aparición. Canadá es el número seis, Suiza es el número siete, Nueva Zelanda es el ocho y Bélgica es el número diez.

Al estudio yo lo agarraría con pinzas: se hace bajo el auspicio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) y lo publica Forbes y todos sabemos la línea de pensamiento de Forbes... Pero, con todo y todo, salen a relucir ciertas cosas muy interesantes:

  • La encuesta se hizo con una base de datos de 140 países.
  • Las preguntas fueron hechas para saber los niveles de sentimientos positivos o negativos de los encuestados en sus últimos días (Tipo ¿Disfrutó algo que hiciera ayer? ¿Fue tratado con respeto ayer?)
  • Se tomó una muestra de 1000 personas de cada país encuestado, con edades de 15 años en adelante (Y hay que ver lo jodido que resulta obtener una puntuación cercana a los 63 puntos, como promedio de la encuesta, con tanto emo, suicida, maniaco-depresivo y divorciado o soltero frustrado por ahí)

Dice Simon Chapple, economista Senior de la División de Políticas Sociales de la OECD, que la felicidad de esa gente se basa en un asunto de renta interna y economía nacional.

Ajá, Sr. Chapple... el caso es que Noruega, que tuvo el puesto nueve, tiene un GDP de 98.822$ y el de Nueva Zelanda, que llegó dos puestos más arriba, es de apenas $30.556$. Así que no sólo de macroeconomía se vive en esos países. El Dr. Tony Delamonte podría tener más razón cuando escribió en el Diario Médico Británico en el año 2005 que es la familia y sus lazos sociales lo que le trae alegría a la vida de las personas.

Lo otro que revela el informe es que la gente parece ser más felíz con menos horas de trabajo a la semana: en los países escandinavos la jornada laboral es de 37 horas semanales. En China, que obtuvo una puntuación de país número 14,8 (casi 15), se trabaja 47 horas semanales. Tener trabajo es causa de contento, pero trabajar mucho es causa de insatisfacción. Y un desempleo de más de 4 % es fuente de angustia general, aunque uno tenga empleo.

Dicho lo dicho, paso a lo mío, lo que tengo atragantado en la garganta como un pozo petrolero con la fresa uno puesta...

En cadena nacional del 8 de mayo, a partir de las 12.30 de la tarde... y hasta alguna hora no determinada que fue más allá de las 7.15 pm de ese día, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela manifestó en un encuentro con los trabajadores de "la PDVSA Socialista", a raíz de unas expropiaciones de unas 300 gabarras:

"Ustedes ahora dejan de ser explotados (...) Esto es patrimonio del Estado, propiedad del Pueblo. Eso es socialismo. (...) Ahora van a ser trabajadores fijos y permanentes del petróleo de Venezuela".

Y yo me quedé pensando como quien no quiere...
Que sea patrimonio del Estado, no es novedad. La industria petrolera y minera fue nacionalizada durante el primer período presidencial del corruptísimo Carlos Andres Perez (hoy, un niño de pecho al lado de los desmanes de este gobierno que se proclamaba incorruptible). Así que la "nacionalización de PDVSA", como se anunciaba ese discurso, tiene un mucho de absurdo: PDVSA= Petroleos de Venezuela, S.A. Nombre que recibió la industria petrolera cuando pasó a manos del Estado y se la nacionalizó. Punto uno, según Lulu.

Que a mí me aclare un entendido en teorías políticas: ¿el socialismo no es aquel constructo filosófico que pretendía que el pueblo mismo ejerciera el control de las industrias y empresas, todas poseidas por todos, administradas por todos, para generar riquezas repartidas equitativamente por y para todos? Y se hablaba entonces de los hombres explotando a los hombres para producir riquezas que beneficiaban a una minoría... Algo así, ¿no?

Lo relevante de esto es: si la industria petrolera le pertenece al Estado venezolano y, si mi memoria no me falla, partimos del punto de que en el año 2004 Hugo Chavez repitió las palabras dichas por el difunto Rey de Francia Luis XIV: "El Estado soy yo", tenemos entonces que la industria petrolera le pertenece a Hugo Chavez... ¿no? (Estoy usando un vulgar silogismo... no me vengan con que los Romanos, que ya lo usaban, eran también unos "cachorros del Imperio"...)

Es decir, ¿qué tan "liberados de los oligarcas" (como decía un trabajador al que se ve que le lavaron el cerebro con una teoría pero no lo enfrentaron a la corriente opuesta para que se creara su propia opinión) se pueden sentir los trabajadores que sólo cambiaron de patrón? Es algo tan simple como que la industria no les pertenece, no es de ellos, es del Estado Venezolano. Y ni siquiera decirse puede que el Estado venezolano representa a todos los venezolanos porque, ya lo dijimos antes, el Estado es Hugo Chavez.

Señores trabajadores "revolucionarios", "socialistas", rojos, rojitos" o como se quieran autocalificar, de la mentada "nueva PDVSA": cambio de patrono = ¿exterminio de los oligarcas? ¿No están trabajando igualmente para un grupo chiquito de gentes que se van a beneficiar grandemente del conocimiento de ustedes?

No sé, no lo entendí. Algo no me quedó claro. A ver si me lo explican despacito, por partes, como diría Jack El Destripador...

... porque no entiendo en qué nivel de la encuesta quedaríamos los venezolanos, si es que esto de "muerto el patrono= viva el nuevo patrono" se puede considerar un asunto de felicidad, como parece que pinta para los trabajadores de la ex "PDVSA socialista" convertida en "PDVSA socialista".

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