17 abr 2009

Allegretto

(Para leer con esta canción: Allegretto. Del grupo Bond. El video no es mi inspiración, sólo la música... y poner notas musicales en palabras, picos musicales en palabras, no está fácil. Retos personales prelan... )

Cuento, calmadamente, las horas que preceden la colisión.
Tensa calma reina hoy en la habitación

Sus gestos de calma cuidada.
Mi rostro de impávida mirada.
Su altiva arrogancia.
Mi supuesta arrogancia.
Su humilde confusión.
Mi soberbia precisión.

Se sabe avasallado
y confeso.
Me sé sobrepasada
y depuesta.
Se enfrentan dos contrincantes
De igual deseo y distinto empeño.

Antes
y después
ahora
y luego
se sabe
que nada
puede sobrepasar
la masa de deseo
el caudal de potenciales
y la inercia que se siente
como fuerza generadora de todo esfuerzo.

Caigo, depongo, merezco, medito, ruego, imploro, deploro, rechazo, rehago y me opongo, me levanto, retomo, ajusto, abrogo, convenzo, someto, impongo y me sonrojo.

Sobre las masas de aguas
entre las nubes de manos
se firma un armisticio armado
de una guerra que recuerda un solsticio
y anuncia un cataclismo
de egos, especulaciones y miradas.

Saber decir no
leyendo un sí
entenderse así
sin base de razón
conculcando el poder a la alienación
y sembrando de abrojos el camino a la ilusión

Silencio,
un anuncio,
se siente el latido
se presiente pulso a pulso
el estertor final
de un juego mental
de ires y venires
albores y confusiones
que todo amenaza con socavar.

Argumenta, razona, arguye, rehuye, empuja, depriva, comete, arremete, compite, omite, sanciona, comulga, verifica, ahuyenta, respinga, enrumba y sonríe.

Y es esta danza final de pasiones, albores, ocasos e ilusiones el estridente concierto de opiniones, pareceres y voces.

Silencio... las horas se deslizan con la venia de la brisa.
Silencio, la calma se apodera de las tierras conquistadas y las mentes poseidas.

Y un clamor de guerra retumba aún en las cabezas de aquellos que sin entenderlo, y renuentes a evitarlo, se lanzaron a una afrenta de orgullos que acabó con los argumentos malhechos de dos amantes presuntuosos, arrogantes de oficio, románticos de convicción, dispuestos a ir en pos de una arrobada pasión que no sabe nada de convicción.

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