5 jul 2009

Hacer lo que se pueda hacer... y nada más.

A veces sólo se puede hacer aquello que resulta muy obvio. O muy tonto. O muy adecuado a las circunstancias mas no a los planes que uno tenía originalmente concebidos. A veces, como se dice en mi casa, sólo se puede hacer lo que se puede hacer dadas las circunstancias.

Me explico...

Para hoy tenía planes descollantes: ponerme a pintar todo el lote de cajitas, mariposas y flores de madera para que, mañana, pudiera dedicarme solamente a lijar y desde el martes en más, pintar y pintar. Es más, pensaba crearme un sitio web hoy para ponerlos al tanto de mis cositas hermosas. El todo sin olvidar desayunar, almorzar o cenar... cosas claves para mi estómago, mi pulso y yo.

Pero...

El gato me despertó mucho antes de lo planeado porque tenía un ataque de maullidos. Por órdenes mías se dejó de darme lata y nos dedicamos a dormir. Dormí hasta más tarde de lo que había planeado y me decidí a recoger el reguerito que el señor de los cuarenta bigotes hizo en la madrugada. Revisé que el celular tuviera batería y no tuviera mensajes pendientes por leer o responder, encendí la computadora y me fui a lavar la cara, revisé el correo y descubro un e-mail in-far-tan-te... que me dediqué a responder. Me desayuné luego del shock mental y emocional. Llamó una amiga aún más sorprendida que yo, hablamos, concluimos que no había nada que hacer... y ya era mediodía.

Así las cosas, me despedí de mi amiga, largué todo y me dediqué a pintar. He pintado casi todo lo que quería pintar pero me falta la segunda capa de la base. Lo de lijar mañana sigue en pie. Lo de pintar hoy sigue en pie. Lo de la página web... veremos. Lo que cambió fue el orden de las cosas y la organizadita cantidad de horas a dedicar a cada cosa. En realidad no tengo por qué enojarme porque todo saldrá... más o menos como lo quería yo. Pero a otro ritmo.

¿Entienden mi punto?

Otro ejemplo práctico: Desde esta mañana, por mi casa, está nublado el cielo. Cada 3 horas se ilumina un poco más y luego se vuelve a oscurecer. Aires de lluvia que soplan desde esta mañana hacen pensar que en cualquier momento se nos larga un aguacerito que hace falta.

Yo tengo que pintar, organizar un site web y todo lo demás. Pero, luego de un buen almuercito, con el aire de lluvia, el trabajo de pintura terminado en la primera fase y el gato tranquilo, mientras espero un mensaje de alguien para una cierta reunión por chat... ¿qué más puedo hacer sino sucumbir a mis deseos por una siestita?

Así las cosas, me voy a dormir. Que ya durmiendo no me preocuparé por la pintura pues sé que tengo el tiempo correcto. Tampoco me angustiaré por la página web porque podré empezarla más no terminarla y cualquier trabajo "adelantado" lo agradeceré mañana... día de lijar. Y, obviamente, durmiendo ganaré fuerzas para lidiar con el bigotón que me acompaña cuando duermo. Además, durmiendo, no me dará ansiedad por el mensajito que no llega.

Conviene que duerma, por lo visto. Es lo único que puedo hacer en este momento... jejejejeje...

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